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Victoria del gobierno

Vilma Ibarra [email protected] | Miércoles 05 diciembre, 2012


En política hay muchas maneras de hacer la aritmética y la forma de sumar del venido a menos experimentado PLN es válida. Por supuesto. El único problema es el costo que paga por jugar y ganar. O por jugar y perder


Hablando Claro

Victoria del gobierno

“Es como el caso del Magistrado Cruz. Supongo que es algo similar”. Así de prístina y contundente fue la manifestación de la nueva Sub Contralora General de la República, Silvya Solís cuando se le consultó sobre su sorpresiva elección. Como si se tratara del sorteo de consolación de la lotería de Navidad, (el del domingo siguiente del principal) la alicaída fracción liberacionista, abatida por la enorme pifia del intento de vetar la continuidad del Magistrado Constitucional hace dos semanas, levantó la señal de victoria el lunes tras la designación de su encubierta candidata a la Sub Contraloría, la abogada Solís Mora. Ella, a quien según tengo entendido no le faltaban condiciones académicas, ni experiencia, ni otros atestados para el puesto, pero que sin embargo no había concursado para aspirar al cargo, fue —literalmente— usada por la bancada verdiblanca para poder apuntarse al menos un triunfo en la básica aritmética en la que el grupo gobiernista ha convertido la gestión política, a vista de la manifiesta incapacidad que ostenta para poder gestionarse con otra cosa que no sean efímeros aliados del momento y sus dos siempre incondicionales (confesionales).
La verdad, en política hay muchas maneras de hacer la aritmética y ciertamente la forma de sumar del venido a menos experimentado PLN es válida. Por supuesto. El único problema es el costo que paga por jugar y ganar. O por jugar y perder. Según sea el caso. Lo cierto es que el PLN no argumenta bien ni siquiera cuando gana. Esta vez, el líder de los verdiblancos aseguró que votaron por ella porque comparten “la visión del país y el reto de robustecer y renovar la Contraloría”. Sonó bien. Solo que también dijo que en política era lícito usar “distractores” lo cual implica —a vista de lo sucedido— que los 40 candidatos que presentaron atestados para el puesto fueron simples cortinas, que no importó si tenían o no la misma visión de desarrollo del país, toda vez que de lo que se trataba era de ganar a toda costa la elección. Parece ser más fácil para ellos reptar bajo la sombra que negociar o convencer a la luz del día. O sea, ensartar al menos una a como hubiera lugar. El PLN esperó ocho meses para nombrar Sub Contralora y no estaba dispuesto a nada más que ganar la plaza, pues hemos de recordar que si bien el nombramiento de la Contralora tuvo su aquiescencia, no fue suya la iniciativa del ascenso.
De la votación del lunes —que lamentablemente no enaltece a la hoy Sub Contralora— hay que extraer otra conclusión: no solo el PLN (fracción, Ministros Presidencia y Presidenta) marcan su impronta. Es notorio además que Acción Ciudadana juega sin pericia. El PAC debe replantearse seriamente cómo pretende hacer su proceso de selección de diputados para el próximo cuatrienio. Este es un juego complicado y necesita jugarlo con al menos tres o cuatro actores experimentados, es decir políticos de fuste y por qué no, algunos buenos repitientes.

Vilma Ibarra

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