Uniformada de mujer, la “roja” fue una furia
Gaetano Pandolfo [email protected] | Martes 25 julio, 2023
España es una potencia en el fútbol femenino y Japón fue campeona del mundo en el Mundial Alemania 2011, derrotando en la final a la tetracampeona del orbe, los Estados Unidos por la ruta de los penales.
Cuando terminó el sorteo para conformar los grupos de Brasil 14 y a Costa Rica le tocó enfrentar a tres campeones del mundo: Uruguay, Italia e Inglaterra, el entonces técnico de la Tricolor, Jorge Luis Pinto dijo una frase muy jocosa: “entre más bravo el toro, mejor la corrida”. Suena bonito, pero no es tan real.
Cuando el toro es muy bravo, suena el torero y a las discípulas de la cuestionada técnica de la Selección Nacional, Amelia Valverde, las embistió en la madrugada del viernes la “furia roja” vestida de mujer, con un inapelable 3-0, que pudo duplicarse de no ser por las brillantes intervenciones de la portera Daniela Solera que incluso detuvo un remate de penal.
Hoy Costa Rica enfrenta a Japón excampeona del mundo y todo se proyecta a que de nuevo el bravío toro “corneará” a la modesta torera, como ya lo hizo España.
Siento qué a pesar de la fortaleza de los rivales, las selecciones nacionales no deberían entregarse y darse por vencidas desde las charlas técnicas en los vestuarios, planificando los técnicos el partido para sostener un 0-0 que en algún momento se va a romper, luego seguir jugando con la única intención de no salir goleados y finalmente atreverse a alguna variante táctica para quitarle el control total del juego al rival.
Esto sucedió con el 7-0 que nos metió España en Qatar y el 3-0 que nos clavó España ahora en Nueva Zelanda.
Lea más: "Pueden esperar un equipo comprometido que nunca se rinde": Rodolfo Villalobos
Amelia Valverde planificó un 5-4-1, que rápido se convirtió en un 6-4, cuando la solitaria delantera María Paula Salas se retrasó a la media cancha y Melissa Herrera se metió entre María Paula Coto y Mariana Benavides a sacar agua del bote y tratar de contener a la imparable Salma Palalluelo, a nuestro gusto, la mejor jugadora española.
España ejerció un dominio aplastante, cobró casi 20 tiros de esquina, despedazó una retaguardia repleta de piernas, nerviosa y desordenada, jugando al reventón y la liquidó en 12 minutos, antes de dar paso al espectáculo individual de la meta Solera.
Cuando entró Cristin Granados en el minuto 58, la “Sele” pasó a un 4-4-2 y jugó sus mejores minutos, demasiado tarde. ¿Por qué no arrancar así no importa perder con mayor desafío, osadía y riesgo?