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Un partido en picada

Alvaro Madrigal [email protected] | Jueves 16 febrero, 2012



De cal y de arena
Un partido en picada

Del legado institucional de José Figueres Ferrer solamente quedan las Garantías Sociales, el Código de Trabajo y el Seguro Social. Por él se salvaron de la hoguera las instituciones emblemáticas del gobierno de Rafael Angel Calderón Guardia cuando, ya triunfante, rechazó la propuesta que le llevaron los comisionados “de los intereses conservadores y reaccionarios del país” anidados en el diario La Nación para que abrogara la Reforma Social a cambio de su apoyo a la propuesta de desconocer a Otilio Ulate como Presidente Electo y de quedarse él Figueres con la Presidencia de la República.
Sí, su rechazo a lo que juzgó “antipatriótica propuesta” fue lo que salvó de la pira a las Garantías Sociales, al Código de Trabajo y al Seguro Social. Y por eso sostengo, aunque suene a apreciación herética de este mariachi, que está en el legado de Figueres Ferrer la supervivencia de esta importante expresión de la impresionante obra de Calderón Guardia.
Aparte este legado, de lo de don Pepe poco es lo que se ha salvado de las llamas. La nacionalización de los depósitos bancarios, el ICE, el CNP, el INVU… lo que no ha desaparecido del todo ha sido desguazado o resiste el inclemente embate de los adláteres del Consenso de Washington ebrios de los afanes privatizadores que alimentan su codicia. Lo dijo Daniel Oduber: “Lo que queda claro es que hasta 1978 se cumplió la ideología enunciada desde 1943; se cumplió con la recuperación de la soberanía y la dignidad nacionales”.
De aquel partido político cuyo semillero estuvo en el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales y que hace 60 años pasó a ser Liberación Nacional, donde Figueres fue la figura descollante, poco es lo que queda. Las advertencias del mismo Oduber, del peligro de mutación hacia una maquinaria electoral en daño del partido político, cayeron en el vacío y hoy el PLN es eso.
Con el agravante del desenfreno moral que sufre y que se exhibe para deshonra de tanto liberacionista honesto (Francisco Orlich, Rodrigo Facio, Carlos Monge, entre sus padres) en las investigaciones periodísticas que denuncian un alto grado de corrupción, sin que aparezca y esto es muy grave el grito orientador de un líder que provoque el tsunami redentor que tanto necesita el partido para bien del país y la buena marcha de su democracia. ¿Será por razón de lo dicho por Jorge Manuel Dengo “a todo el país se le metieron las cucarachas”?
Hoy los amos del poder político y los usufructuarios de las influencias se mueven medrosamente para no correr el riesgo de que se les desplace de su zona de confort. Grave es que los precandidatos callen o expresen timoratos juicios y que quien prometió honestidad y firmeza cuando solicitó el voto a los ciudadanos, se conduzca como quien tiene tejado de vidrio no por hechos propios sino por los que toleró.
Liberación Nacional (al que jamás he pertenecido) puede ser el que logre el triunfo en 2014. Por eso me preocupa su sino y lo que lleva a rastras: un país en picada.

Álvaro Madrigal

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