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COLUMNISTAS


Un gobierno más humano

Leiner Vargas [email protected] | Martes 18 febrero, 2014


El cambio hacia nuevas formas tecnológicas para mejorar los servicios al ciudadano debe ser el fundamento permanente de la acción de las instituciones públicas


Reflexiones

Un gobierno más humano

Mientras los ciudadanos sean un número en el expediente de beneficiarios del Fodesaf, en la lista de espera de la CCSS, la lista de quejas de Aresep, el ICE, el MOPT, el AyA o cualquier otra institución pública del país, el “quejómetro” de los costarricenses continuará en altos decibeles. El Gobierno y sus instituciones requieren de mayores capacidades para acercarse a los ciudadanos, requieren humanizar y humanizarse de cara a las necesidades y servicios que brindan, pasando por una mejora continua de los procesos y de los mecanismos de atención, la clara respuesta a las demandas de nuevos y sofisticados servicios y sobre todo, mayor transparencia y rendición de cuentas sobre, ¿qué se hace?, ¿cómo se hace? y ¿cuándo?; con los recursos del erario público.
El ciudadano 2.0, que hoy tenemos en un tercio de nuestra población, esencialmente jóvenes y con nuevas habilidades y capacidades para discutir, protestar e informarse de las cosas, pone en entredicho la forma de verse y comportarse en el sistema burocrático del Estado que hoy tenemos. El servidor público, desde un conserje hasta la más alta autoridad de la institución, debe convertirse en el espejo dónde se mira la sociedad, debe comprender este fenómeno global de acercamiento a la ciudadanía y estar dispuesto a la crítica y autocrítica con toda transparencia y tranquilidad.
El sistema burocrático de organización de la gestión y el manejo de lo público, deben virar 180 grados en relación con el principio sobre el cuál se fundamenta su trabajo. Se requiere planificar, evaluar y mejorar el accionar de lo público en forma constante. El cambio hacia nuevas formas tecnológicas para organizar y mejorar los servicios al ciudadano debe ser el fundamento permanente de la acción de las instituciones públicas. Es claro que nuestros sindicatos y organizaciones laborales, nuestros mandos medios institucionales e inclusive las instituciones de control, deben enfrentarse a estos desafíos.

Las personas, tanto dentro como fuera de nuestras instituciones, son el fundamento esencial del cambio, por lo tanto la inversión en el cambio obliga a invertir en ellos y ellas, para aprender de forma permanente, para aprender a cambiar. Una gestión más plana, por objetivos y resultados, basados en equipos de trabajo con alta inteligencia emocional y sobre todo, fundamentados en el bienestar del ser humano, son indispensables en este ajuste del Estado. Un gobierno más humano, más cercano al ciudadano, capaz de rendir cuentas claras y de resolver con resultados, ese será el verdadero cambio que requiere el sector público y el país.

Dr. Leiner Vargas Alfaro
www.leinervargas.com

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