Un proyecto de ley que limita la huelga contra políticas públicas es el inicio hacia un Estado totalitario
Franggi Nicolás Solano [email protected] | Miércoles 04 septiembre, 2019
Por Franggi Nicolás Solano
Diputada
Partido Liberación Nacional
Un proyecto de ley que limita la huelga contra políticas públicas es el inicio hacia un Estado totalitario
En pocas ocasiones me he sentido tan preocupada sobre el futuro democrático de nuestro país como hoy, en el que un proyecto de ley como el 21.049, se aparta de su justo objetivo original de regular el ejercicio de la huelga, para intentar además prohibir que los ciudadanos puedan manifestarse contra las políticas públicas.
El limitar una huelga, a sólo 48 horas, contra cualquier intento de aumento injusto de impuestos o contra algún proyecto que pretenda modificar el modelo educativo costarricense, se volvería una actividad proscrita y sujeta a sanciones, si el contenido de este proyecto se vuelve ley de la República.
Surrealista será la imagen en la que a los ciudadanos costarricenses se nos limite el ejercicio de protesta, de manifestación y de rechazo a éstas y muchas más políticas públicas que con frecuencia tendríamos en la orden del día como temas de debate nacional.
Y claro, al mejor estilo de valerse de una necesidad real de regulación del ejercicio de la huelga, de eliminar los excesos y lesiones que le produce a muchos costarricenses estas huelgas y en donde la gran mayoría de los costarricenses estamos de acuerdo en regular, incluye artículos amordazantes contra la protesta pública contra los desaciertos actuales y futuros del Gobierno.
La vía de la prohibición solo conduce a la confrontación…el alma nacional es libre y pacífica, pero se transforma en confrontativa cuando ve amenazada su libertad de expresión y de censura a políticas estatales que las entiende como contrarias a su buen vivir en comunidad.
Los resultados están a la vista en muchos lugares del mundo, y en particular en Latinoamérica, en donde los gobiernos que han transitado esta ruta y logran implementar este tipo de leyes, prontamente polarizan sus sociedades y decantan en conflictos mayores.
El pueblo costarricense entiende el diálogo como un vehículo indispensable de la gobernanza; y se alerta y preocupa con los ruidos totalitarios como los que trae este proyecto de ley.
Un Gobierno saludable produce un ambiente saludable al diálogo y al entendimiento; y más bien fomenta leyes y espacios que cimienten más acuerdos que confrontaciones. Un gobierno enfermo contamina a su pueblo y lo descompone y polariza hasta empobrecerlo económicamente y atomizarlo socialmente, tal y como nos está sucediendo actualmente.
Nunca la vía de la prohibición de las manifestaciones sociales ha conducido a una sociedad hacia su desarrollo económico y a su convivencia en paz; por el contrario, este tipo de posiciones tajantes lo único que hace es exacerbar a los grupos antagónicos y decantar en un caos mayor.
Las leyes de corte totalitario son los bloques con los que se construyen los estados fallidos en donde, al final del camino, ni los grupos sociales, religiones, protestas, ni los que disienten llegan a caber en ese país.