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Un 2019 de metas atropelladas

Laura Centeno [email protected] | Lunes 30 diciembre, 2019


Muchos estamos finalizando el año pensando en los propósitos del siguiente. Yo tengo la tradición de crear una nota con la lista de metas que me planteo cumplir junto con mis hijos para que ellos también hagan la suya y todos nos comprometamos hacer lo que consideramos importante.

Hasta el momento, nunca he logrado cumplir el 100% de lo propuesto en toda mi vida. A lo mejor empiezo con muy buenas intenciones, motivada, con demasiadas metas en la lista pero pueden ser demasiado ambiciosas al contexto, algunas metas no dependen de mí directamente o simplemente no se puede hacer todo en cuestión de un año. Precisamente este año fue uno en los que realmente mi cantidad de metas alcanzadas fue bastante pobre en cantidad pero no puedo quejarme, solo dar gracias por lo que sí se logró y lo mucho que aprendí.

Me di cuenta de que a veces no podemos estarnos obligando a alcanzarlo todo, sino proponernos lo esencialmente importante para que en diciembre no sintamos que hemos fracasado, sino que podamos tener la satisfacción de darle un check con carita feliz a lo que sí logramos.

Esta costumbre de imponernos demasiado realmente es frustrante, nos desenfoca y especialmente si pasamos autocastigándonos por los fracasos, en vez de sentirnos felices por lo que sí logramos. Este 2019 fue un año particularmente difícil, perdí a una persona a quien admiré mucho sin posibilidad de despedirme, una de mis personas más queridas se está llendo de casa, no sé por cuánto tiempo o si eso será positivo o negativo y me llena de incertidumbre. Tuve varios choques leves con mi vehículo con gasto de tiempo, dinero, energía en trámites en varios juzgados de tránsito, dos robos de mi billetera con todos los documentos importantes, entre otras cosas que me ha costado recuperar y mis esfuerzos por dejar el azúcar fueron un completo fracaso con evidentes repercusiones en mi cuerpo.

A pesar de todo, algunas cosas fueron muy buenas, como un trabajo que me encanta, una señora que me ayuda con la limpieza de la casa y hace felices mis fines de semana porque ya no me toca a mí hacer lo que no me gusta, concluí un posgrado que me ha tenido alejada de algunos pasatiempos como la bicicleta. Solo tenía chance para lecturas académicas, resolver casos y entregar proyectos. Algo muy enriquecedor fue llevar el curso de Mindfulness a la práctica diaria y la meditación ya es parte de mi rutina para reducir el estrés y la ansiedad. En resumen, todo este año me dejó algunas pérdidas importantes y gran aprendizaje.

Ya que les confesé mi atropellado año, que al final, sé que nos ha atropellado a muchos económicamente con temas como el déficit fiscal, el IVA, desempleo, inseguridad ciudadana, incertidumbre económica, y muchas otras adversidades personales, emocionales, físicos y demás, quiero compartirles mis lecciones de estos 12 meses para que el 2020 sea mucho mejor para todos mis amigos lectores a quienes agradezco muchísimo sus comentarios:

1. Ante la inseguridad, evitemos andar cosas de mucho valor a la vista. Entre más cosas valiosas nos roben, más duele. La última billetera sustraída solo andaba mil colones, así que no sufrí tanto por eso, sino por la pérdida de mis documentos, reposición de tarjetas y la compra de la ventana de mi carro que despedazaron para sacar el bolso mientras esperaba la luz verde del semáforo.

2. No nos propongamos metas exageradamente ambiciosas, pensemos en todo lo realizable, lo factible, lo ecológicamente saludable para nosotros y lo que podamos mantener a través del tiempo con disciplina y perseverancia.

3. No hagamos una lista enorme de metas, mejor enfoquémonos en unos tres objetivos de importancia para no perdernos.

4. Nunca manejemos usando el celular, ni comiendo ni maquillándonos y evitemos “rutas cortas” en lugares que puedan ser peligrosos y desconocidos.

5. Disfrutemos al máximo el limitado tiempo que compartimos con nuestra familia y seres queridos, ese es el tiempo que vale oro y es irremplazable.

6. Cuidemos nuestro cuerpo con ejercicio y alimentos saludables y evitemos todo lo que sabemos que nos hace daño, aunque nos digan locos o exagerados. Cada quien sabe lo que debe y no debe consumir.

7. Ahorremos para no tener que pedir prestado cuando suceden eventos inesperados o mejor aún, para un propósito que valga la pena y nos motive a hacer el esfuerzo.

8. Celebremos lo que sí pudimos lograr, aunque sea al menos una meta cumplida. Ya eso es avance, progreso y crecimiento. Seamos agradecidos por todo lo que sí se pudo y lo que no, evaluemos qué tan importante es, para incluirlo en la lista del 2020.

9. Disfrutemos la compañía de las personas que amamos y que nos motivan a ser mejores y evitemos a todos los que nos traen chismes, negativismo, problemas y malas vibras.

Que el año nuevo sea un año de metas relevantes (aunque sean pocas) y que todo lo que hagamos tenga un propósito valioso para nosotros y el universo. Feliz año 2020, muchos éxitos, felicidad, amor y prosperidad. Un abrazo, Laura.







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