Tren más barato y 100% concesionado
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 15 junio, 2020
Quién no quisiera desplazarse en un medio de transporte moderno, seguro, rápido, eficiente y con un costo razonable. Posiblemente todos soñamos con la posibilidad de transportarnos de manera más eficiente para tener una mejor calidad de vida.
Pero el tren eléctrico que promueve el PAC en este momento no es la mejor opción, especialmente porque el gobierno plantea que nos endeudemos por más $500 millones solo para iniciar la obra, y porque ponerla en marcha implicaría un subsidio estatal anual de entre $50 y $100 millones, por 30 años. Hoy, ni siquiera se sabe de dónde saldría esa plata.
Pensemos en los fondos públicos como si estuvieran en nuestra propia cuenta bancaria y enfoquémonos en el uso racional del dinero. La ilusión de muchos de tener casa propia, estudiar una carrera o comprar algún bien no les debe impedir que hagan un análisis de sus limitaciones en términos de ingresos, su capacidad de pago y las consecuencias del endeudamiento. Traslademos esa lógica al tren eléctrico: así como está planteado, en este momento no tenemos los recursos para hacerle frente.
Las audiencias en la Asamblea sobre esa iniciativa dejaron claro que el tren del PAC no reactivará la economía ni generará empleo, pero hay otro aspecto que nos llamó poderosamente la atención: más de 25 empresas estarían disputas a desarrollar este proyecto a un menor costo y sin usar recursos del Estado. ¿Entonces? ¿No valdría la pena explorar más esas opciones que aliviarían el bolsillo estatal? ¿Por qué insistir en más deuda?
Si usted tiene el deseo de comprar un bien, y alguien se lo vende más barato y sin comprometer su dinero futuro, ¿no lo valoraría por lo menos? ¡Por supuesto que sí! Y esa es la posición de Nueva República: como a todos, nos encantaría un tren moderno, pero a un costo adecuado, sin endeudarnos, sin hipotecar las finanzas públicas, con estudios responsables, 100% concesionado y, probablemente, no lo discutiríamos en estos tiempos de Covid-19 y crisis.
Tenemos también preocupaciones técnicas: como ya se ha dicho, si queremos tener un transporte de primer mundo, los estudios que lo justifiquen deben ser también de primer mundo. No podemos hacer números alegres bajo ninguna circunstancia, pero especialmente ahora que estamos en medio de una pandemia que compromete las finanzas del país.
Es claro que en los estudios que justifican el tren hay serios errores metodológicos, malinterpretación de estándares internacionales, inconsistencias en la realización de análisis de costo-beneficio, extrañas manipulaciones en los datos y fallas en información básica, como el cálculo de la cantidad de horas de viaje que se ahorrarían los usuarios.
Para analizar el préstamo para el tren del PAC, el BCIE –el banco que nos ofrece prestar la plata- se basa en los datos de una empresa internacional a la que se le olvidó contemplar la construcción de once puentes a desnivel, que luego nos hubieran costado $200 millones más; además, confía en que el Incofer, que no tiene capacidades técnicas suficientes, maneje el proyecto.
Esos dos datos no nos dan confianza, como tampoco nos la da el intenso interés del PAC en el proyecto. Querer imponer el tren, sin demostrar suficiente solidez, es sospechoso, irracional y comprometedor. Es muy PAC, y eso nos preocupa, pero no hay que dejarse manipular.
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República