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¡Todo por Costa Rica, viva Costa Rica!

Emilio Bruce [email protected] | Viernes 29 abril, 2022


Sinceramente

Estamos a las puertas de la toma de posesión del nuevo gobierno. Todos estamos ansiosos de conocer los nombramientos que no se han producido hasta el momento y que terminen de completar el consejo de gobierno ampliado. Muchas figuras nombradas nos llenan a los costarricenses de esperanza. Personas decentes, talentosas y preparadas han sido ya nombradas en algunos ministerios claves. Faltan otros como los componentes del equipo económico del país que son trascendentales para la marcha hacia el futuro.

Don Carlos Alvarado concluye su administración dejándonos una economía con solución al crecimiento de dos de tres disparadores del déficit fiscal y de la deuda de gobierno. Las leyes dictadas para reformar el fisco y aumentar los ingresos junto a la ley que limita el crecimiento de sueldos, salarios y pensiones de hacienda ya están generando superávits primarios.

El crecimiento de sueldos y beneficios era mayor que el crecimiento de la economía y eso nos había colocado en una situación muy seria. Se caía el crecimiento, se caía la recaudación fiscal, pero de manera automática crecía el mayor componente de gasto del presupuesto nacional y con ello aumentaban el déficit fiscal y la deuda pública. Las pensiones de hacienda, que también contienen a las de lujo, con su crecimiento constituían un segundo disparador del gasto, del déficit y de la deuda gubernamental. Las pensiones de lujo han sido limitadas, han sido gravadas con los impuestos más altos permitidos, sobre ellas se ha hecho lo que el país podía y debía sin romper el estado de legalidad.

El tercer disparador es preocupante ya que lo constituyen los intereses pagados por el estado por su deuda. Esos intereses no los controla el estado, sino que los determina el mercado y por política monetaria del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América que los está subiendo es previsible que nos aumenten a Costa Rica de rebote.

La situación económica pareciera que será en el tiempo mucho mejor, y si la economía internacional crece tendremos más turismo y más inversión extranjera. La ley para la creación de zonas francas en provincias tendrá un positivo efecto en el cierre de brechas y reducción del desempleo en las zonas alejadas de la región central del país.

Las bases colocadas hasta el momento con dolor y sacrificio comenzarán a rendir sus efectos y el crecimiento de la economía hará una reducción de la proporción de deuda de gobierno al PIB y generará una mayor recaudación fiscal. Sería esperable que pudiéramos tener un gran equipo económico dirigiendo nuestros destinos por los próximos años. Esto completaría el panorama para bien, tranquilidad y satisfacción de los costarricenses. Orden, disciplina, seriedad y conocimiento con experiencia permitirán marcar la mejor senda para el país. Cero desperdicios, cero duplicidades, nunca más gastar a manos llenas recursos que no se tienen. Que estos excesos no se repitan ni nos lleven a otro ciclo de dolor y angustia a todos los costarricenses.

La confianza es fundamental en todo este panorama. Los inversionistas no invierten en desconfianza. Los consumidores contraen su consumo ante la incertidumbre. La confianza es siempre derivada de la conducta de los gobernantes y de la correcta decisión de las políticas públicas. La confianza no se alcanza cuando existen motivos de preocupación. La confianza se destruye con facilidad y se edifica trabajosa y lentamente.

Las empresas y los consumidores en el país generan la recaudación fiscal que mantiene al estado y a sus trescientos mil trabajadores. No se ataca ni se vulnera el motor de ese proceso de más empleo, más recaudación y más prosperidad. No se cargan las espaldas de la bestia de carga hasta matarla. En la vida como en la economía todo es producto de un delicado equilibrio. En palabras del rey de Prusia Federico el Grande, “Al ejército victorioso, boca tropa y cañón”.

El nombramiento de un gran equipo económico y presidencias ejecutivas de primer nivel para las instituciones autónomas trascendentales ayudará a la formación de esa confianza pública. A más confianza más reactivación de la economía. A más confianza más inversión. A más confianza más expansión de nuestra economía.

Todo indica que la ruta, sin dejar de tener dificultades hondas y complejas, luce más positiva que hace unos años. Pareciera que es tiempo, luego de sacrificios y dolores, de mantener con mano firme el timón hacia la superación final de los problemas que tanto han costado a todos los costarricenses. Que este desborde del gasto no se repita jamás. Que esta crisis no la volvamos a vivir. Que gastar dos por cada uno de ingreso se sepulte en el pasado para siempre.

¡Todo por Costa Rica, viva Costa Rica!

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