Telemedicina: urge establecer un marco regulatorio adecuado
Victoria Brenes [email protected] | Martes 23 marzo, 2021
Victoria Brenes
Directora Ejecutiva de la Federación Centroamericana y del Caribe de
Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma)
La telemedicina, en principio, se refiere al concepto de la prestación de servicios de salud a través de plataformas digitales, con el fin de mejorar la accesibilidad a la atención de la salud y hacer más eficientes los procesos.
Esta modalidad plantea soluciones a los retos y desafíos de la actualidad como el creciente aumento de la demanda de servicios de salud, el envejecimiento de la población o la necesidad de gestionar grandes cantidades de información, entre otros.
Según datos de la CCSS, en Costa Rica se realizaron 14.664 citas en el 2018 y 13.418 en el 2019 mediante teleconsulta. También detalla la CCSS que la pandemia ha incrementado el uso de este método a cerca de un 75% de las citas mensuales.
Sin duda la Covid-19 y la crisis de salud que representa, ha impactado y seguirá repercutiendo en el modo de dar atención a los pacientes y en sus propios tratamientos, motivo por el cual el contar con un sistema ágil y confiable que permita una mayor cobertura en un menor tiempo se ha vuelto crucial.
Por esta razón, es urgente articular una alianza entre los sectores público, privado y academia, que permita establecer, entre otros aspectos, un marco regulatorio y roles para una mayor transparencia.
Por las experiencias que se conocen en el ámbito global, un área clave para alcanzar este objetivo es el desarrollar una política pública y de gobernanza, que incluya reglamentos y estrategias en cuanto a la implementación de esta práctica en el país, de forma que permita regular la calidad y medir los resultados.
Así mismo, un aspecto relevante para fortalecer los servicios de telemedicina es la asignación presupuestaria para la elaboración de estas reglamentaciones, y para el avance de la sociedad hacia un concepto más integral - la salud digital -, la cual debe construirse desde una base que dote el acceso a internet y a equipos para que todas las familias puedan conectarse.
Por supuesto, dentro de esta visión colectiva y multisectorial de apoyo, será vital una organización en cuanto a roles y responsabilidades que permitan llevar una supervisión y farmacovigilancia adecuadas.
El uso exponencial de la telemedicina ha permitido pensar en una visión de salud digital, que no solo se enfoca en llamadas o videoconferencias, transmisión de documentos y teleeducación entre médicos, sino en ampliar el espectro de servicios de atención médica, al incluir dispositivos y aplicaciones que permitan realizar monitoreo remoto de los pacientes, facilitando la prevención, diagnóstico y tratamiento.
Entre otros beneficios que podrá brindar esta nueva perspectiva de la telemedicina podemos mencionar: mejoras en el proceso de atención desde la gestión administrativa y educación en salud; asistencia en zonas remotas; reducción de tiempos de espera; mayor facilidad en el trabajo colaborativo de profesionales clínicos, y mayor eficiencia de los servicios de salud.
A enero del 2020, Costa Rica registraba 9 millones de conexiones móviles a la web y 3,76 millones de usuarios de internet fijos, lo cual representa una penetración de un 74%, según datos del informe “Digital 2020” elaborador por We are Social y Hootsuite. Esto evidencia que la telemedicina tiene un enorme potencial para impulsar a Costa Rica hacia su propósito de convertirse en un Hub de Innovación y Ciencias de la Vida.
La teleconsulta en estos últimos meses ha sido la mejor vía para proteger tanto al paciente como al profesional de la salud; además, ha permitido descentralizar la atención médica en personas que necesitan tratamientos no relacionados con la Covid-19, lo que nos demuestra que es un campo que llegó para quedarse; es por esto que debemos trabajar de manera conjunta para hacerlo viable de forma permanente.