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Sin pasión no hay negocio

Nuria Marín [email protected] | Lunes 28 septiembre, 2009



Creciendo junt@s
Sin pasión no hay negocio

Hace algunos años nuestro buen amigo Jorge Oller (CEO Tribu) nos comentó sobre un nuevo y revolucionario giro en torno a los negocios, la publicidad y las marcas: las lovemarks. La filosofía detrás del concepto, “el amor es la vía de vanguardia para lograr los negocios.”
En aquel momento lejos estaba de poder comprender a profundidad el concepto y mucho menos que sería a través de las experiencias de mi hija Adriana como franquiciada de la cadena de gimnasios Curves en el este de Suiza, lo que me permitiría presenciar en primera línea lo que es un ejemplo vivo de una empresa lovemark.
Curves es un negocio de éxito construido a partir de historias de amor. La de Gary Heavin, quien una mañana y siendo un pequeño encontró a su madre de tan solo 40 años muerta producto de problemas físicos y emocionales que bien podían haber sido resueltos con una mejor nutrición y ejercicio. Su motor: evitar que otro niño tenga que pasar por la misma experiencia.
Junto a su esposa Diane, construyeron un revolucionario negocio que según la revista Entrepreneur se trata de la franquicia de más rápido crecimiento en la historia y la más importante en el mundo en la industria fitness.
Se trata de un modelo construido a partir de las necesidades de las mujeres, sus excesivas y variadas responsabilidades (esposa, madre, trabajadora, administradora del hogar, etc.), su interés de realización (profesional) y su necesidad de satisfacción personal (ocio, belleza, y salud).
Curves es mucho más que un gimnasio. En 30 minutos y a partir de máquinas especialmente diseñadas para mujeres, se ejercita en un positivo y energizante ambiente que facilita no solo obtener resultados en salud y autoestima personal, sino también en la construcción de redes de camaradería y apoyo entre mujeres.
Nuestra hija por ejemplo diseñó una pizarra para poner lazos color de rosa con el nombre de amigas y clientas con cáncer de seno a quienes se les envían pensamientos positivos durante el ejercicio. Esta idea ha sido replicada por otros gimnasios.
La misma empatía se respira en toda la organización, la cual opera en la práctica como escuela de emprendimiento para miles de mujeres (de las más de 30 mil personas involucradas, el 90% son mujeres) quienes luego operan como mentoras creando una poderosa red de triunfadoras.
Confieso que como madre y mujer amé su filosofía desde el primer momento. Sabía que no era fácil que una empresa estadounidense escogiera a una costarricense recién radicada en Suiza, sin embargo, ellos creyeron en Adriana.
Como resultado, ganaron una colaboradora cuya lealtad y compromiso con la marca va mucho más allá de la razón lo cual ejemplifica el porqué del éxito de la compañía y de la marca en general, pues no hay motor más poderoso en la vida y los negocios que la pasión.

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