Sin una rápida migración al transporte eléctrico, nunca nos vamos a independizar energéticamente
Ricardo Trujillo [email protected] | Jueves 04 agosto, 2022
Por Ricardo Trujillo Molina
La administración Biden en los USA con su política energética, está forzando el objetivo de que el mundo entero migre al transporte eléctrico. El impacto del alza en el precio mundial del petróleo y de sus combustibles derivados está acelerando la migración del transporte con autos a gasolina por autos eléctricos. Simultáneamente está estimulando la conversión de la generación eléctrica con carbón hacia el gas natural y otros recursos renovables y a que los mismos abonados eléctricos generen su propia energía eléctrica para autoconsumo y recarga de las baterías de sus modernos autos eléctricos. Esta política de transición energética junto con la gran ayuda del mercado automotriz está también logrando más en la lucha contra el cambio climático que todo lo comprometido en el acuerdo de Paris. La descarbonización o despetrolización o transición energética o independencia energetica del planeta está en plena marcha y es una meta realizable para el 2050 con tendencia irreversible.
El objetivo es el mismo para todos los términos que empleamos con el fin de alcanzar la meta en el año 2050, reduciendo a casi cero las emisiones de gases efecto invernadero que lanzamos a diario a nuestra atmosfera. Ese es el compromiso que Costa Rica adquirió firmando e impulsando el acuerdo de Paris el 4 de noviembre de 2016 junto a 193 naciones más la unión europea. Desgraciadamente en estos casi 6 años, muy poco hemos logrado aquí en el país si es que en realidad hemos iniciado el proceso más allá de su lanzamiento publicitario.
Objetivo estratégico y de largo plazo
El compromiso siempre fue muy sencillo de explicar y comprender. Dejar de usar gradualmente la energía fósil de los hidrocarburos derivados del petróleo que importamos y distribuimos del duopolio VALERO RECOPE y sustituirlos también paulatinamente por energía eléctrica, rimbombante y eufemenistícamente referida como energías renovables.
Lo que nunca se le explicó a nuestra población que dicho proceso sería una lucha a muerte para sobrevivir económicamente, de suma urgencia y de un alto costo para todos. Los ambientalistas y ecologistas y apocalípticos del fin del mundo se limitaron a predicar que ese compromiso era nuestro mejor ejemplo ante el mundo para luchar contra el cambio climático planetario, aunque no fuésemos un país emisor de grandes volúmenes de contaminantes atmosféricos. Ahora que los precios de las gasolinas importadas se duplicaron por diversas causas en el mercado mundial, lo comprendemos mejor. O sustituimos rápidamente esos energéticos fundamentales para nuestro diario vivir por energía eléctrica o simplemente estamos condenados a una esclavitud energética de por vida con las consecuencias económicas inflacionarias que eso implica.
Costo de la transición energética
El BID contribuyo con un estudio que luego pagaremos como préstamo, a cuantificar el monto de los beneficios en descarbonizar la economía de costa rica. Esa cifra resulto ser de US$ 41 mil millones de dólares, como resultado de 30 años de ahorro en divisas al dejar de comprarle gasolina diésel y jet fuel a la refinadora VALERO de Houston, TX. USA que ahora importamos a razón de casi US$ 2,500 millones de dólares por año. Lo que el BID no quiso estudiar fue el costo de inversiones necesarias para lograr esa descarbonización, o sea, el monto a importar en vehículos eléctricos más el monto a invertir en infraestructura de generación y distribución eléctrica, cuya estimación a grosso modo sería de más de ochenta mil millones de dólares, como resultado de la importación de unos dos millones de autos eléctricos a un promedio de 30 mil dólares cada uno, más unos 10 mil megavatios de potencia solar adicional a la red, a razón de dos millones de dólares por megavatio adicional. Este dinero no saldrá del estado como muchos tenderían a creer, sino que de los bolsillos de los abonados eléctricos auto generadores de su propia energía eléctrica y de los propietarios de los autos eléctricos a importarse. El estado se limitará a estimular mediante políticas fiscales, esa importación y mediante leyes proclives a la generación solar distribuida y a la recarga de baterías rodantes en autos, sin cortapisas ni limitaciones de ninguna índole.
Financiamiento planetario
Afortunadamente el mundo entero y su banca está prestando grandes sumas de dinero para este proceso descarbonizador o de independencia energética o despetrolizador o de lucha contra el cambio climático por cuanto es el negocio del futuro. Ningún país industrializado se quedará atrás en la fabricación de paneles solares, inversores, y autos eléctricos. Todos ellos ya están en abierta competencia para suplir naciones como la nuestra de esa futura tecnología. China lleva la delantera con mas bajos precios. Y eso lo vemos en el mercado local, paneles e inversores chinos y autos eléctricos chinos. Uno que otra planta solar es hecha en los USA y muy pocas en Europa. Y los créditos, préstamos y donaciones llegaran de los bancos interesados en promover la venta de la tecnología de sus propios países. El estado costarricense debería de abrir líneas de crédito al publico con los fondos prestados que le están lloviendo para el proceso de combatir el alza en precios del petróleo y para la descarbonización de la economía.
Gran disponibilidad de fondos
A esta fecha han llegado o están comprometidos múltiples empréstitos para ese fin descrito, los $445 millones de dólares para la planta Borinquen del ICE, los US$ 400 millones que el BID junto a otras dos entidades financieras acaba de otorgar al estado costarricense, los US$ 550 millones de dólares que el BCIE ya aprobó para el tren eléctrico, los US$ 300 millones que el BCIE ha puesto a disposición para mitigar el alza en el precio de los derivados del petróleo y los US$ 375 millones de dólares que se le prestaron a la administración Alvarado para la descarbonización y que entendemos no han sido todavía utilizados en ese propósito. Todo ese dinero por el momento y desgraciadamente no ayudará en lo más mínimo a las personas que desean arriesgar sus inversiones para descarbonizarnos mediante la adquisición de un nuevo auto eléctrico, ni a invertir en su propia planta solar para autogeneración de la energía de su vivienda o futuro auto eléctrico. Y eso tiene que cambiar. Los prestamos a futuro tiene que ponerse a disposición del publico en general si es que deseamos contribuir a nuestra transición energética, o lo que es lo mismo, nuestra independencia energética, descarbonización, despetrolización, lucha contra el cambio climático y a la salvación del planeta en ultima instancia.