Sin goleadas, el entorno de la final podrá ser muy diferente
Gaetano Pandolfo [email protected] | Miércoles 24 mayo, 2023
¡Cada gallo en su patio!
Esa parece ser la consigna.
Ahora: ¿Cuál cantará mejor?
En guerra avisada no muere soldado y ya la nómina completa del Saprissa, sabe lo que le puede suceder en La Catedral, si no se concentra y se pone las pilas.
Si regresa del Morera Soto con un resultado tan negativo, como el 3-0 que se tragó en la ida de la final de la fase de clasificación, probablemente verá campeonizar a su archirrival en La Cueva, un festejo poco acostumbrado.
De manera que el Monstruo debe ser cauto y prudente, para que el León no lo hiera con tanta facilidad y menos que le pase por encima como sucedió en aquella oportunidad.
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Suponemos que Vladimir Quesada no se imaginó lo que le podía suceder a su equipo en su visita a territorio erizo. Ahora sí conoce más de las virtudes de su contrincante y desde luego que tratará de maniatarlo, para que no le haga daño y así dejar preparado el festejo morado el domingo en el juego de vuelta.
Al Alajuelense se le haría muy complicado alcanzar el título en Tibás, si no repite un resultado bien favorable y cómodo, como ese 3-0 inapelable de lo que se calificó como el partido perfecto del León.
Las estadísticas son contundentes y prueban qué si Alajuelense llega obligado al Ricardo Saprissa, en caso de ganar por la mínima, empatar o perder en su estadio en la ida, las posibilidades de título se limitan.
La Cueva se traga al más pintado y si el domingo pasado la Liga sacó la clasificación, nadie puede olvidar que perdió el partido 1-0 y que la contienda pudo revertirse, si los morados anotan un segundo gol, minutos después de lograr el primero.
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Como lo comentamos ayer, el mérito de la Liga como equipo, fue el sacrificio de todos los jugadores, liderados por Pipo y Gamboa que no se guardaron nada, corrieron, sudaron, marcaron y tuvieron la fortaleza mental para no derrumbarse después de la anotación temprana de Mariano Torres.
A ningún futbolista del Alajuelense le temblaron las piernas y así soportar la presión que 20.000 morados metieron en La Cueva, pero claro que el factor que más ayudó, fue el 3-0 de la ida que daba margen para manejar el resultado.
Será difícil que en la final por el título se repita la historia. Probablemente en el Morera Soto se presente un resultado más cerrado, que obligue a que la corona se defina en La Cueva, sin ese antecedente de un marcador tan contundente en favor de uno de los finalistas.