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Ser conscientes de la verdad

Carlos Camacho [email protected] | Martes 24 julio, 2018


Ser conscientes de la verdad

En los momentos más críticos de la vida, lo más importante para enfrentar las situaciones es ser conscientes de la verdad de una forma transparente, no podemos actuar con información o premisas o datos cuyo sesgo conlleve la mera duda de los hechos o datos que aluden a la situación concreta.

Si a un paciente, por ser gentil o inclusive tratar de no asustarle, se le habla con eufemismos en relación con los aspectos que rodean su condición de salud, efectivamente, este puede llegar a dar baja importancia a la atención de sus tratamientos ya que no se le ha sido claro y consistente al tener que pasar por los procesos de diagnóstico, los procedimientos quirúrgicos, las terapias de rehabilitación y la consistente vigilancia de sus tratamientos médicos.

Esto debe ir claramente acompañado de un sentido de verdadera urgencia, en la misma intensidad y dirección que sea coherente de parte del equipo médico que está a cargo. Esto debe ser integralmente así ya que no se podría indicar al paciente la urgencia de los procedimientos quirúrgicos y darle una cita para el proceso preoperatorio para dentro de algunos años. Tampoco se le pueden recetar medicamentos indispensables de los que no hay disponibles en el mercado, ya que tanto una como otra de las posiciones generan una paradoja difícil de resolver.

Una situación similar ocurre ante la situación económica, con independencia a las ideologías, que evidentemente pueden ver con lentes diversos el mismo asunto, teniendo la tendencia a ser más proclives a uno u otro enfoque en atención a sus aspectos doctrinales, lo que es importante es que tanto unos como otros tengamos clara la situación tal cual es. No solamente se trata por tanto de la condición de la economía misma, sino que se debe tener claridad de los elementos sociales en los que este fenómeno se encuentra imbuido.

Usando los elementos antes dichos como meras ayudas de orden introductorio voy a compartir algunas inquietudes debido al asunto tan abordado de la condición de las finanzas públicas, así como el respectivo plan para el fortalecimiento de estas. Aunque son múltiples los asuntos que se pueden abordar, vamos a concentrar los mismos en los siguientes: Urgencia, transparencia, coherencia, acción.

Respecto del sentido de urgencia, debemos ser muy consistentes tanto los actores económicos como las autoridades, para que si en efecto hay que actuar rápido como se ha indicado, como en efecto coincido hay que actuar, se haga de manera consistente, con intensidad, que permita al público, no involucrado en alguno de los sectores de los que están a cargo de la urgencia, con la dotación de los recursos humanos, materiales y tecnológicos, para que se logre un puente de acciones temporales que permitan parar el sangrado de las finanzas públicas de una vez, esto va a ser doloroso pero indispensable. Algunas de las medidas se deben tomar en relación con los ingresos y otra en relación con los gastos. Por ejemplo, en relación con los ingresos, el Gobierno debe poner la mano en la directiva del Banco Central y acelerar un proceso que ya es tardío de devaluación, esto permite que se reduzca en términos proporcionales tanto el valor relativo de los gastos, como el costo mismo de la deuda, dos de los grandes problemas que a la vez son fuego en las manos de las finanzas públicas, los costos fijos en colones y la atención de la deuda.

Alternativa o simultáneamente se pueden dejar de otorgar pensiones de los regímenes especiales congelando su otorgamiento hasta que se cuente con una política coherente de las mismas en relación con la realidad de las finanzas públicas, así como en los ingresos, tocar las tarifas aplicables a los impuestos selectivos de consumo, que son potestativos del Poder Ejecutivo por delegación legal, aspecto que serían medidas temporales necesarias para la atención de la emergencia. La reacción primaria es de desazón y confusión, esto es muy doloroso para todos. Pues en realidad sí, pero todo experto en emergencias y urgencias sabe que las medidas aplicables en esas contenciones ya sean médicas o de desastres naturales, son de riesgo, que se miden en relación únicamente con los riesgos de dejar de hacer, que una vez estabilizadas las condiciones del desastre natural o de la condición critica del paciente, se debe pasar a otro protocolo de gestión, que sea menos invasivo. Dado que estamos en condiciones de emergencia, esos son actos que aún esperamos de las autoridades. Son dolorosos, en efecto, pero estamos en esa condición, donde el costo de dejar de hacer, o mientras se hace, hay que tomar medidas de orden temporal de choque, para poder mitigar el actual estado económico del país. Algunos dirán que estaremos peor, eso es normal, siempre va a haber opiniones, pero la inmovilización ante la urgencia es quizá el único lujo que no se puede tomar. Cuando nos toca apoyar empresas o personas en crisis financiera, las medidas que sugerimos, ya que no podemos tomarlas por ellas, excepto en los casos de intervención empresarial, son siempre medidas poco sencillas, a las que hay oposición y donde la persona o las organizaciones, lo primero que procuran es mantener el statu quo, lo que caracteriza una emergencia es que es precisamente insostenible dicha condición. De activarse una devaluación las tendencias en las exportaciones y turismo, así como las bases imponibles de las importaciones tienden a subir y generan en las medidas de shock un aumento inmediato en los ingresos del Estado.

Recordemos que toda medida de shock debe ir direccionada a actuar intensiva pero temporalmente. ¿Podían acaso los niños recién rescatados en Tailandia, escoger un amplio menú de apetecibles manjares en las cavernas en las que estaban atrapados, o en realidad debían acceder a lo que estuviera disponible? Es fundamental, por tanto, ser muy honestos al indicar que una situación es de carácter urgente, ya que, de hacerlo, estamos asumiendo, la activación indispensable de una serie de protocolos de acción, que de no activarse implican una gran contradicción entre el calificativo y las acciones sustanciales que se deben articular. Partiendo de que en efecto el Gobierno de la República ha sido concienzudo en declarar la condición de urgente de las finanzas públicas, quedamos a la espera de las medidas, no necesariamente las indicadas, pero sí las que ya debería el Gobierno estar poniendo en marcha en el tanto, el Congreso de la República, hace lo que le corresponde en relación con los procedimientos legislativos de orden pertinente y de mediano y largo plazo, que permitan sanear las condiciones del gasto público, así como las de los ingresos tributarios respectivos.

En cuanto a la transparencia, es quizá una de las virtudes cardinales de la gestión de crisis, debemos saber los números reales, tan buenos o malos como sean, esto es responsabilidad de todos los agentes económicos así como de manera muy especial, de los formadores de opinión, que deben evitar ser tendenciosos, con el fin de exagerar las dimensiones ya de los problemas o de las soluciones, siendo tan grave la una como la otra de las exageraciones, pues la intensidad y dirección de las medidas a tomar son muy distintas si hablamos con verdades parciales, que si lo hacemos con tantas variables criticas como sea responsable y viable manejar. Los agentes económicos privados debemos ser transparentes en la declaración de nuestros impuestos para que como sociedad no se exagere el aumento en los mismos, como consecuencia del incumplimiento de algunos y el manejo licencioso de otros. Como Gobierno deben ponerse las medidas y sus métricas en forma tan clara y evidente que no se entienda opacidad alguna en especial en los procesos de negociación legislativa.

Debemos recordar, que en especial cuando se trata de materias odiosas como los impuestos cualquier desatención al principio de transparencia puede ser un argumento que aunque falaz, muy potente para negarse a la sujeción de mayores cargas tanto tributarias como de orden indirecto como lo son las de cumplimiento. No se pueden tratar a los contribuyentes como delincuentes, en razón que en efecto existen delincuentes de diversa naturaleza que no pagan impuestos o al menos los debidos según la norma. Tampoco los formadores de opinión pueden lanzar argumentos laxos con su carga ideológica pero poco integrales, o al menos poco íntegros, como decir que Costa Rica tiene una de las cargas tributarias más altas del mundo, que no es cierto, dejando de decir, o decir únicamente las tasas de incumplimiento o indicar que el costo del funcionariado público como un costo per cápita es también uno de los mas altos del mundo, el tercero por cierto después de dos países nórdicos en Europa. Aun con esos elementos un formador de opinión debe tratar de contrastar y no limitarse a transcribir datos que aislados crean animadversión a la gestión correcta de una solución integral al problema que nos aqueja.

La transparencia en especial en el proceso de negociación de las leyes debe ser acompañado de una gran coherencia y humildad. En el proceso que nos encontramos en relación con el proyecto de ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, no se pueden lograr acuerdos, si cuando se pretenden los mismos, no se hace un reconocimiento inclusivo de todos los aportes que pueden y tienen capacidad y deber de hacer los actores políticos, es llamativo, como la moción de texto sustitutivo, fue votada en contra por la mayoría de la comisión y como se pudo haber creado un mejor ambiente de diálogo coherente a la realidad y a la transparencia, que evitara la pérdida de una cantidad importante de esfuerzos conjuntos de los que surgió dicho texto, pero también de la gran falta que hizo el diálogo con los que son mayoría hoy en su conjunto. Esta lección es fundamental capitalizarla en el ámbito de la nueva puerta que se debe abrir para rescatar tanto lo mejor de aquellos esfuerzos como incluir aquellos que también siendo muy valiosos se dejaron de incluir en la creación del texto sustitutivo en su nueva y mejor versión para el país. Recordemos que la política tiene su mejor ventana en el congreso, que esta es el arte de negociar, ceder, acceder, conceder y demandar, esto que es de bolsillo de un político debe rescatarse en el manual de la coherencia. Ojalá sea esta una lección capitalizada, pues recordemos que estamos en emergencia, que hay actos dolorosos que deben ponerse en marcha y que corresponde al Congreso mitigar la duración de dichas medidas. Debemos  ir sin prisas, pero sin pausas, ya que estamos ante una verdadera emergencia, no hay tiempo para devolverse, eso lo deben tener especialmente claro quienes actúan como líderes.

Es tiempo de actuar, no de cualquier manera sino de forma heroica, son las crisis las que generan héroes, estos son los que surgen en las emergencias y de quienes la historia muchas veces no recoge sus nombres ni aportes, actuemos todos con un sentido activo de responsabilidad, cada uno desde lo que mejor sabe hacer, así como desde donde mejor aporte, pues será la historia la que recogerá este capitulo de la vida nacional y lo cerrará con un final, que realmente esta por verse aún, creo que tenemos la gran oportunidad de escribir una página más de diferenciación positiva como país, dejar de ser distintos por mitos y serlo por realidades concretas nos caería tan fresco como agua en mayo, para retomar la esperanzas en nosotros mismos y nuestra institucionalidad.

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