Semana Santa solidaria
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 06 abril, 2020
Esta Semana Santa es diferente de otras, pues todos estamos viviendo las consecuencias de una pandemia que nos afecta de diferentes maneras: económica, emocional y socialmente. Pero justo por eso, es una buena ocasión para reflexionar en el significado de este acontecimiento.
Así como en la Navidad celebramos el nacimiento del Salvador como el Niño de Belén, en estas fechas recordamos la vida, expiación, muerte y resurección de Jesús, quien aún en épocas de problemas e incertidumbre nos da esperanza, cobijo y sigue siendo el buen pastor que dio la vida por sus ovejas. Nos recuerda a Aquel que nos liberó de la muerte física y espiritual.
Indistintamente de la religión que se profese, coincidiremos en que la manera en que vivimos debe llegar a ser la expresión más significativa de nuestra fe y probablemente uno de los símbolos de nuestra adoración. Nuestra vida debe reflejar quiénes somos y los principios que nuestros padres nos enseñaron.
Por eso en medio de la crisis que plantea el Covid-19, la Semana Santa es una excelente ocasión para ser solidarios, para ayudar al prójimo, brindar cariño y consuelo, fortalecer las rodillas debilitadas, sonreír e incluso compartir de lo que tenemos con la gente que está a nuestro alrededor.
Siempre, pero quizá con mayor significado en estas fechas, cualquier acto bueno o altruista le dará más brillo a la celebración de la Semana Santa y nos hará a cada uno de nosotros mejores personas, más sensibles, empáticas, amorosas y bondadosas.
Es una ocasión para hacer nuestras las enseñanzas de Cristo e incorporarlas a nuestras vidas. Hace ya más de dos milenios, las multitudes se reunieron con Jesús quizá no por las verdades que enseñaba, ni para seguir el modelo de vida que les quería dejar, sino porque él sanó a sus enfermos, hacia milagros y los alimentaba con pan y pescados.
Pero cuando les dijo que era el pan vivo que había descendido del cielo, muchos de ellos no entendieron y después lo rechazaron. La prueba por la que pasamos hoy nos debe llevar a aplicar Sus enseñanzas y no solo a esperar, como los de antaño, los milagros. La fe, eso sí, es que nuestras acciones pueden traernos gozo a nosotros y a nuestros semejantes a pesar de las circunstancias en las que vivimos. En esta Semana Santa, recordémoslo y sigámoslo por lo que él es, por lo que hizo.
Ante todo, este también puede ser un tiempo para agradecer. Agradezcamos por la vida, por la salud, por los parientes y amigos, por nuestro país y por las enseñanzas individuales y colectivas que nos está dejando el Covid-19. Si no aprendemos algo de esta crisis, habremos desaprovechado una gran oportunidad.
Que la Semana Santa sea un tiempo de acción de gracias, una época para mostrar nuestro agradecimiento a ese Jesús que murió y vivió por nosotros. Que sea también una oportunidad para ser mejores personas y ciudadanos, para enfrentar con fe y optimismo esta situación que vivimos. Juntos saldremos adelante.
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República