Selección Nacional: seis años sin avances
Gaetano Pandolfo [email protected] | Martes 04 febrero, 2020
Hombre de fe, no pierdo la esperanza de ver jugar juntos en la Selección Nacional, y ojalá de titulares, a Keysher Fuller, Jeykel Venegas y Luis Díaz, los tres por el costado derecho.
Fuller se va consolidando como lateral y ha sido titular en varias oportunidades; el expreso humano Díaz, ya actor de la MLS, cada vez suma más minutos en la Tricolor, pero como variante, y Venegas mira los escasos partidos a los que es convocado, desde la banca.
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Qué lástima, e incluso hasta frustrante, que los técnicos que trabajan en el fútbol nacional y como el caso de Rónald González, ascienden al máximo puesto, no se animan a revolucionar la formación estelar de la Tricolor y siguen, como estrategas, atrapados en un esquema que, como el que paró el “Carasucia” el sábado ante los Estados Unidos, está previamente condenado a no tener acción en la retaguardia enemiga.
El 4-5-1 que Costa Rica instaló en Carson, si bien forma un bloque de piernas atrás que impide y corta muchas ofensivas del rival, anuncia de antemano que Marco Ureña, el “llanero solitario” de turno, tendrá que jinetear ayuno de socios, las posibilidades de gol contra cuatro o cinco defensores rivales, lo que lógicamente da como nefasta conclusión un nuevo juego de la Selección Nacional con solo un remate directo al marco.
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Este 2020 que apenas arranca es el sexto año, después de Brasil 14, que la Selección Nacional muestra en un rectángulo su tumor letal: carencia de transición entre la cintura y el ataque.
No hay manera de que los consagrados Borges, Ruiz, Campbell, Bolaños, Venegas, o los más nuevos como Aguilar, Marín, Leal, Flores y otros, se unan con el “llanero solitario”, en este caso Ureña, anteriormente Saborío, George, Moya, McDonald, como forma más viable de atacar en bloque y así generar mayores opciones de gol.
Fue evidente ante los Estados Unidos, la mejora ofensiva cuando entró Luis Díaz. El joven es vertical, penetrante, desafiante, pero lo esconden por el costado derecho. Luis sobrepasa a dos rivales y queda en el mismo lugar, lejos del área de candela. ¿Por qué no alinearlo en el centro del ataque, al lado del centro delantero, para que cuando se “baile” a un rival ya quede cara a cara con el portero?
La Tricolor urge de futbolistas explosivos, de esos que como Fuller, Jeikel Venegas y Díaz, piquen y vayan “pa’ lante”, argumento válido y propicio para generar ofensivas y más ocasiones de gol.
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