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COLUMNISTAS


Se siente el cambio social

Carlos Denton [email protected] | Miércoles 15 mayo, 2024


Cuando se redactó la Constitución Política en 1949 el país fundamentalmente vivía de la agricultura. Se exportaba café, banano, azúcar y carne fresca, frutos de plantaciones y fincas grandes. Muchos agricultores eran dueños de milpas o pequeñas extensiones donde cultivaban lo que comían suplementado por dineros ganados en las cosechas grandes de los productos de exportación.

Había una clase media pequeña –educadores, empleados públicos y dueños de comercios. Un 90 por ciento de la población era católica y todo se cerraba en los días festivos de esa religión.

El Movimiento de Liberación Nacional MLN había ganado la guerra el año anterior y se había convertido en partido político (PLN) del mismo nombre. Muchos de los autores de la Constitución provenían de esa agrupación y dieron muchas potestades a los partidos políticos. El PLN puso la agenda política del país durante más de sesenta años 1954 –2014 y, al ser socialdemócrata creo un estado multifacético y frondoso que cada vez era y es más costoso.

Se edificó una estructura burocrática que no fue sostenible con impuestos sobre las exportaciones y en 1980 colapsó; dio cabida para que el presidente Luis Alberto Monge abriera el camino para crear nuevas fuentes en el sector productivo. El resultado ha sido espectacular y ahora hay una clase media vibrante, más grande que la pública, que no ama a los partidos políticos y que no quiere a la burocracia.

No amar a los partidos es apenas un cambio. Ahora 30 por ciento de la población es evangélica y solo la mitad es católica. Los valores de la clase media del sector privado son diferentes. En 2007 ese sector productivo y su clase media se impuso a la del sector público y aprobó el tratado de libre comercio con los Estados Unidos y los otros miembros del mercado común centroamericano.

El sector público sigue siendo muy costoso; causa resentimiento entre la población. Durante la pandemia mientras que el sector privado tuvo que recortar personal, suspender salarios y pasar un período sumamente difícil, las personas sufriendo pudieron observar a 100 por ciento de los funcionarios públicos disfrutando de salarios completos (aunque no trabajaron), producidos los dineros para pagarlos prestando en el exterior.

La clave es que, si el sector público costoso produjera educación de alta calidad para todos, carreteras de primer mundo, seguridad contra un hampa cada vez más violento, servicios de salud inmediatos, y juicios y procedimientos judiciales prontos el resto de la población aceptaría. ¡¡Pero es todo lo contrario!! Hay burócratas con potestades que bloquean cualquier esfuerzo de cambio. Hablan de la “institucionalidad” o “estado de derecho” en defensa de sus incompetencias y negativismos.

Mientras tanto en la escuela de La Carpio los niños asisten a clases en tres turnos de 3.5 horas. Los reos andan sueltos cometiendo más crímenes. No hay suficientes operadores en las torres de los dos aeropuertos principales del país. Se corta la luz y el agua por falta de planificación de las autoridades. Cualquier esfuerzo de mejora—bloqueado por estructura antigua política.

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