Saprissa aplastó a un rival que perdió la sonrisa
Gaetano Pandolfo [email protected] | Viernes 06 agosto, 2021
La goleada 4-1 que le metió el Saprissa al Alajuelense, es una réplica de la final del campeonato anterior.
Nos presenta a un Monstruo motivado por la conquista del título, todo lo contrario a un León que todavía no asimila las circunstancias de la derrota.
Mauricio Wright juega montado.
Andrés Carevic, desorientado.
Incluso, el caballeroso técnico de la Liga ha perdido la dulzura del carácter y previo a la confrontación por la Supercopa, respondió con agresividad verbal poco común en él, a un par de cuestionamientos al trabajo del equipo en el inicio del Apertura.
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Mientras el Saprissa se encontró en el camino la corona 36, que el Alajuelense dejó perdida, el arranque del campeonato refleja la motivación de las huestes moradas, repletas de optimismo, con una muy buena nómina, que aplasta sin despeinarse a Santos y a Pérez Zeledón alternando su técnico la rotación de sus figuras.
El Alajuelense camina por un sendero opuesto, porque es un equipo que no solo perdió la sonrisa, sino que presenta una baja de juego de figuras claves de su alineación, casos de Daniel Arreola, Bryan Ruiz y Marcel Hernández.
El lenguaje corporal del atacante cubano, retrata a un futbolista triste, desconcentrado, desmotivado, que no transmite la mínima alegría, ya ni siquiera cuando anota. Su trabajo es desconcertante y del goleador que llegó del Cartaginés, no queda nada.
El mexicano Arreola se vino a pique después de la lesión y es un colador en la retaguardia, mientras que el capitán Bryan Ruiz, lo mismo que en la Tricolor, como en los videos, está en pausa.
El Monstruo juega con pasión, luce entusiasmado, unido y bien trabajado.
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Wright, tipo inteligente, se aprovecha de la fuerza mental que tiene hoy su nómina, para moverla a su antojo. Suma buena reserva y los marcadores favorables que se amplían en los segundos tiempos, le permiten sustituir a figuras otrora inamovibles en el equipo, como Barrantes, Bolaños y Torres.
Ahora, regalarle al campeón nacional dos goles en cinco minutos, que fue lo que hizo la Liga con los yerros de Smith y Román, lógicamente que aumentan y hacen más notorias las diferencias, más mentales que futbolísticas, que se presentan hoy entre uno y otro equipo.
Luis Fernando Suárez estuvo en el clásico; que nadie se sorprenda si para la eliminatoria, tendremos en la Tricolor más caras moradas de la cuenta.
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