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NOTA DE TANO


San Carlos es hoy un equipo más emotivo que Herediano

Gaetano Pandolfo [email protected] | Miércoles 01 mayo, 2019

Aarón Salazar, defensor de los Toros, rostro nuevo y fulgurante

San Carlos es un equipo que practica un fútbol abierto, el mismo que hacía Herediano hasta que Jafet Soto decidió atrincherarlo.

El campeón nacional archivó aquel fútbol explosivo, picante, veloz, que generaba suficiente espacio para que la línea atacante, repleta de muy buenos artilleros, se deleitara frente a las redes enemigas.

Recordamos acciones individuales de Elías Arias, los centros letales de José Sánchez, el vértigo de Esteban Ramírez, bujías de un fútbol ofensivo que Hansen, Ortiz, Landín o Yendrick Ruiz terminaban en los cordeles enemigos.

Hoy, Herediano es cauto y prudente y celador vigilante del resultado; Jafet juega al resultado. Lo vimos nítidamente en el juego ante Pérez Zeledón, que terminó con un 0-0 lógico entre dos equipos donde impera el orden táctico y se enterró la emoción.

Herediano dejó de ser un equipo emocionante y Pérez Zeledón tampoco lo ha sido, ni cuando quedó campeón.

Saltamos entonces hacia un San Carlos que es un equipo emotivo, picante, porque Luis A. Marín cuenta con los futbolistas para exhibirlo así.

Que conste: analizamos estilos de juego y no que un equipo sea superior al otro. En la fecha de cierre, los Toros jugaron buen fútbol ante Carmelita y anotaron goles de excelente factura. El Team, todo lo contrario, sin jugar un partidazo ante Pérez Zeledón, sacó el resultado que le convenía.

Jafet nos presenta un 4-5-1 donde el condimento y la salsa la aportan los explosivos Keysher Fuller y Luis Díaz, dos puñales que juegan en zona de retaguardia, lo que retrasa el peligro.

Además, el fichaje de Yeltsin Tejeda tiró al monarca más atrás porque el exmorado, gran jugador, no tiene los pulmones de un Óscar Granados cuando, como tractor, “jalaba pa’lante”.

El campeón juega con Ortiz en punta y Jimmy Marín a su espalda, de ahí que, si analizamos a este Herediano con su rival en semifinales, nos topamos un San Carlos con bloque defensivo sólido formado por Salazar, Acosta, Martínez y Córdoba; talento puro en cintura con Esteban Ramírez, el Pato Rodríguez, Diego Madrigal y José Luis Cordero y con mayores opciones ofensivas, las que Luis Marín puso a funcionar precisamente para liquidar a Carmelita y sostener la cima de la clasificación: Saborío, Villalobos, Mena, Chirino y Solís.

Hoy San Carlos luce más atractivo que Herediano, pero eso no significa, ni por asomo, que sea mejor. Simplemente es menos aburrido.

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