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Raquel

Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 19 mayo, 2008


Raquel

Claudia Barrionuevo

Muchas veces en la vida —por fortuna para los pesimistas— uno se encuentra con seres humanos que se le quedan grabados en el alma, aunque una no desarrolle una gran amistad con ellos. Eso me pasó a mí con Raquel Ramírez.
Recuerdo el día que la conocí hace muchos años cuando ella era un niña y yo una joven universitaria. Visité su casa en Los Lagos de Heredia, posiblemente por razones académicas: sus padres eran entonces profesores de la escuela de teatro de la Universidad Nacional donde yo estudiaba.
Hija y sobrina de dos excelentes cantantes y destacadas maestras de canto - Amelia y Zamira Barquero- Raquel debe haber empezado a cantar desde que nació.
La primera vez que la vi y escuché sobre un escenario, siendo ella una jovencita, me sorprendió su capacidad histriónica, poco común en nuestros cantantes líricos. No sólo cantaba demostrando su técnica depurada de mezzo soprano si no que también actuaba con gracia. Raquel tiene ángel.
Hace tres años tuve la oportunidad de trabajar con ella en la zarzuela Luisa Fernanda donde interpretaba el papel homónimo.
Allí la conocí personalmente y me encantó. Bella, simpática, divertida, profesional y alegre, en los ensayos y en las funciones de la zarzuela mantuvimos una de esas relaciones que en el mundillo del espectáculo se dan durante la temporada de trabajo.
Con un cabello extraordinario y una sonrisa permanente, Raquel es muy golosa. A veces mandaba a traer comida chatarra al Melico Salazar y a mí –desconocedora del mundo lírico- me sorprendía que disfrutara de una hamburguesa. Salimos un par de veces a tomarnos una cerveza, ella siempre con su cuello envuelto en algún pañuelo de seda.
Sin poses de diva, adorada por el famoso director de ópera Stefano Poda, con un amplio curriculum dentro y fuera de nuestro país, Raquel se mueve en los escenarios como se mueve en la vida: con gracia.
Querida por todos, nuestra gran mezzo soprano está enferma. Ha generado tanto cariño entre los que hemos tenido la dicha de conocerla personalmente o sobre los escenarios, que muchos han llegado a donar sangre y/o a manifestarle su apoyo de diferentes maneras. Escribirle es la mía.
Todos esperamos que pronto, muy pronto, Raquel vuelva a iluminar los escenarios con su hermosa voz y su extraordinaria picardía.
Jorge Drexler, el uruguayo que ganó un Oscar a la mejor canción por el tema principal de la película “Diarios de motocicletas”, compuso un tema que se llama “Raquel” y que me hace pensar en nuestra amiga. Para ella este presente.
“Busca mis ojos, toma mi mano, acércate. Este es tu sitio, esta es tu taza de café. No digas nada, dices con la mirada más de lo que crees.
A la deriva, llevas el alma en el timón. Vas por la vida, solo escuchando el corazón. Buscas un puerto, buscas un cielo abierto lejos del dolor… Raquel.
Tanto camino, tanto buscarte en otra piel. A tu destino querías mantener fiel. Princesa herida, el teatro de la vida cambia tu papel. Raquel”

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