¿Qué hacer con partidos políticos?
Carlos Denton [email protected] | Miércoles 20 diciembre, 2023
En el siglo pasado un costarricense se identificaba usando tres variables—por ejemplo, uno decía “soy católico, liguista y liberacionista.” Otro decía soy “saprissista, evangélico y socialcristiano.” No era como en otros países que las personas se identificaban por su ocupación, su lugar de residencia o su edad. Con las tres variables – religión, equipo de fútbol preferido y su preferencia partidaria ya se sabía “todo” de la otra persona.
Ahora con tantos que se declaran “sin religión” y muchos, especialmente católicos, que se declaran de esa fe, pero “no practicantes,” esa variable no funciona. Y en cuanto a partido político, más de la mitad dice no tener preferencia y los que sí tienen están dispersos entre varios que ni siquiera se sabe a que representan. Allí también están Liberación Nacional PLN y el Partido Unidad Social Cristiano PUSC, los dos que gobernaron al país entre 1960 y 2014, pero entre ambos no tienen más de la lealtad de uno de cinco nacionales, predominantemente en áreas fuera del Valle Central. Esa variable tampoco funciona y queda solamente la preferencia de equipo de fútbol, pero por más que algunos dirán que sí son tan diferentes que se puede elaborar un perfil de una persona solo conociendo su preferencia futbolista, no es cierto.
El problema con la desaparición de partidos políticos reales estriba en el hecho que la Constitución Política fue escrita por personas muy activistas en el mundo partidario y dejaron un marco que solo funciona bien si existen estas instituciones, robustas, con planes y seguidores. No es posible ser candidato a ningún puesto de elección popular en la República de Costa Rica si no es en representación de un partido político. Esto es cierto para el puesto de presidente, para diputado, para alcalde, regidor o síndico.
Antes los partidos políticos eran importantes porque los miembros obtenían beneficios tangibles. Empleos, contratos, licencias de taxi, rutas autobuseras, bonos de vivienda y muchos más llegaban a los seguidores, si ganaban una elección. Como había básicamente solo dos partidos, y alternaban en el poder, todo el mundo estaba satisfecho con el arreglo.
Ahora ¿qué beneficio hay para un votante apoyar una agrupación con ideología opaca, con poca opción de gobernar, con un solo líder probablemente, que no inspira con sus discursos mayoritariamente insípidos, y con poco interés en el bienestar de los que lo siguen. El sistema de partidos políticos parece el partido de fútbol en “Planeta de los Simios” – se movía la bola bien, pero nadie sabía que el objetivo era “meter goles.”
La verdad es que hay que crear un par de partidos políticos de los remanentes que andan flotando “por allí” – con principios inspirantes y fáciles de entender, con objetivos, y con beneficios claros para los que los siguen -- o hay que reformar la Constitución para minimizar su importancia.
En lo personal no creo que estoy representado por nadie en la actual Asamblea Legislativa. Muchos coinciden conmigo. No creo que los diputados allí sepan que deberían estar representando a los votantes.
NOTAS ANTERIORES
Reunión Anual del 80 aniversario del FMI y el Banco Mundial
Jueves 28 noviembre, 2024
Del 21 al 26 de octubre pasado participé en Washington D.C. en las Reuniones del 80 aniversario del FMI y el Banco Mundial.
Equidad en el sector privado: ¿Un sueño lejano o una meta alcanzable?
Jueves 28 noviembre, 2024
La desigualdad de género en el sector privado es un tema clave para el desarrollo social y económico.
La presencia del Jaguar en el PLN y en el PUSC
Miércoles 27 noviembre, 2024
Nunca he sido militante de los partidos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, como tampoco voté por el animal de Zapote, el Jaguar.
Un primer deseo de Año Nuevo
Miércoles 27 noviembre, 2024
Después de oxigeno la necesidad más básica del ser humano es agua