Proponemos reformas, no impuestos
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 14 septiembre, 2020
La deuda pública está asfixiando a Costa Rica. Para finales del próximo año alcanzará un 80,5% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra enorme si se toma en cuenta que en el 2019 llegó a un 58,5%. Su origen es el exceso de gastos sobre los ingresos; sus consecuencias son un severo golpe al progreso social, decrecimiento económico e inestabilidad macroeconómica.
Ante semejante problema, la única respuesta del gobierno en su oscuro manejo de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, tiene que ver con la creación de más impuestos, pero este tipo de medidas más bien producen resultados negativos sobre el bienestar de la gente.
En primer lugar, los tributos tienen un efecto recesivo en la economía y golpean severamente el consumo y la inversión; en segundo, si no existe una adecuada administración de los fondos públicos, como no ha habido en este gobierno, los recursos que provienen de esta fuente serán insuficientes y Costa Rica volverá a estar en una situación similar o peor en el corto plazo.
Ya lo hemos experimentado, pues la reforma fiscal del 2018 no fue suficiente y en menos de dos años el gobierno vuelve a hablar de nuevas cargas impositivas. Y conste que la pandemia no ha sido la única responsable, pues desde antes de marzo de este año el país ya tenía un déficit fiscal insostenible, la producción contraída, una elevada deuda pública, desempleo e informalidad en crecimiento.
Nueva República propone dejar de lado los impuestos y concentrarse en verdaderas reformas estructurales para disminuir el tamaño del Estado. Propusimos fusionar aquellas instituciones que tienen los mismos fines o funciones para evitar duplicidad y a la vez producir ahorros en gastos de alquiler, mantenimiento de edificios y equipos. Esta propuesta no es nueva, incluso la incorporación de los órganos desconcentrados al presupuesto nacional bajo la tutela de su ministerio rector apunta hacia esa ruta, pero ya no podemos seguir demorando esa decisión.
Hace ya más de un año Mideplan anunció que evaluaría la conveniencia de mantener 76 instituciones adscritas al Gobierno Central que funcionan de manera independiente con sus propias asesorías legales, departamentos de recursos humanos o proveedurías. El Estado tiene más de 330 entidades y más de diez regímenes distintos de salarios.
Estamos promoviendo un verdadero gobierno digital que mejore el clima de negocios y combata la tramitología, y ante la emergencia que vivimos, también propusimos como medida rápida la renegociación de todos los alquileres que paga el Estado, no solo en el gobierno central sino en todas las instituciones públicas, a fin de obtener un ahorro cercano a los ¢30 mil millones anuales. En esta coyuntura, Nueva República se sigue inclinando por la austeridad en el gasto y no ve conveniente la venta de activos como el Instituto Nacional de Seguros o los bancos estatales.
Las alertas están encendidas, y por eso las valientes decisiones no pueden postergarse más. Llegó la hora de las reformas, y Nueva República las impulsa porque serán para el beneficio de todos. Nuestro partido dirá NO a más impuestos, NO a renta mundial cuando ya se tributó en el país de origen de los fondos y NO a eliminar aquellas exoneraciones que afecten la generación de empleo y de inversión en el sector productivo.
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República