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Prevención de la enfermedad

María Luisa Avila [email protected] | Jueves 09 mayo, 2013


Invertir en determinantes y lograr poblaciones más sanas reducirá los costos médicos, mejorará la productividad y potencializará las capacidades individuales y sociales


Tricotomía

Prevención de la enfermedad

Los costos de la atención de la enfermedad son cada vez mayores, ya que predominan las enfermedades crónicas, el cáncer y los accidentes de tránsito, independiente del grado de desarrollo en la región de Latinoamérica. Indudablemente, también las enfermedades prevenibles por vacunación siguen teniendo una carga importante de enfermedad y sus costos son altos, sumado a que se debe considerar que pueden generar en quienes las sufran alguna discapacidad, como por ejemplo sordera en afectados de meningitis bacteriana por Neumococo.
Por ello es imperativo redireccionar el manejo de la salud, entendiendo que la salud es bienestar y que por ende, muchas de las acciones que se pueden desarrollar para lograr ese bienestar, están fuera del sector salud.
Donde determinantes como la vivienda, la educación, la alimentación, los espacios saludables, el acceso con oportunidad y calidad hacia los servicios de salud se vuelven fundamentales.
Y por servicios de salud no solo se debe de entender los que dan atención directa a los enfermos, sino el acceso a agua adecuada para consumo humano y la recolección de residuos sólidos.
El enfoque de los determinantes de la salud parte del hecho de que no se puede ni se debe devolver al paciente una vez atendido al mismo ambiente que lo enfermó.
Invertir en determinantes y lograr poblaciones más sanas reducirá los costos médicos, mejorará la productividad y potencializará las capacidades individuales y sociales.
La prevención de la enfermedad a través de vacunas tiene 200 años de ser exitosa.
Solo las vacunas como intervención sanitaria son las responsables de al menos 15 años en el aumento de la esperanza de vida.
Y se sabe que los niños que son vacunados tienen menor ausentismo y deserción escolar, y su coeficiente intelectual es mayor a los no vacunados que han sufrido las enfermedades.
La sociedad como un todo deberá cambiar la manera de abordar la salud-enfermedad, logrando el bienestar de sus ciudadanos.
 

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