Posición de la mujer en el plano laboral
Factor Humano [email protected] | Miércoles 05 septiembre, 2018
De acuerdo con el Decimonoveno Informe del Estado de la Nación, las mujeres con edades entre los 18 y los 24 años tienen 4,9 veces más probabilidad de estar desempleadas que un hombre adulto, lo cual pone en evidencia la gran necesidad de contar con más mujeres en puestos laborales. Ante esta realidad, destacan factores elementales que, en conjunto, amplían las brechas sociales y laborales entre hombres y mujeres; tal es el caso del sexo, la edad, el nivel de escolaridad y el rol social.
En este sentido, el rol social asumido por algunas mujeres juega un papel fundamental en su desarrollo laboral, pues, de acuerdo con Mazzei-Abba (2013), existe un grupo de mujeres denominado “Mujeres con responsabilidades”, que se conforma por mujeres jóvenes con uno o más hijos, con bajo nivel de escolaridad y dedicadas a oficios domésticos. Es innegable que estas condiciones las colocan en una situación socialmente más vulnerable.
Ahora bien, según la Encuesta Continua de Empleo realizada por el INEC, en los últimos dos años la brecha social y laboral entre hombres y mujeres ha experimentado una reducción en indicadores asociados con trabajo informal, subempleo y escala salarial. Sin embargo, la reducción de estos indicadores no se deriva de un aumento en plazas laborales ni por mejoras en las condiciones laborales de las mujeres. En realidad, estos datos sufren una variación debido a la salida de mujeres del mercado laboral, por lo que estas estadísticas no muestran avance real en la participación de las mujeres.
Las mujeres que, finalmente, logran encontrar un trabajo representan un 39% de la población. No obstante, existen diferentes razones por las que deciden abandonar de forma voluntaria sus puestos, las cuales, a su vez, se relacionan —de nuevo— con el rol socialmente asumido. Según el Observatorio de la Coyuntura Económica y Social de la Escuela de Economía de la UNA estas podrían ser algunas de las razones:
- Los ingresos que perciben no son suficientes para cubrir el costo del cuidado de sus hijos.
- Debido a obligaciones familiares: cuido de menores de edad, adultos mayores, personas con discapacidad, etc. En el caso del cuido de adultos mayores existe una alta demanda debido al proceso de envejecimiento de la población costarricense.
- Los lineamientos laborales que garantizan los derechos de las trabajadoras domésticas podrían haber provocado que muchas familias dejen de contratar estos servicios debido a su costo.
- Muchas de las mujeres que se dedican a labores domésticas remuneradas cuentan con bajos niveles de escolaridad, por lo que se les dificulta encontrar empleo en otras actividades y terminan abandonando el mercado de trabajo.
Ante este panorama, la sociedad costarricense está en deuda con las mujeres y el lugar que ocupan dentro de la fuerza laboral. Es necesario unir esfuerzos tanto a nivel de Estado como empresas del sector privado, para que más mujeres tengan acceso a un trabajo digno, bien remunerado y que les permita desarrollarse de manera personal y profesional.
Los patronos deben tener en cuenta que, al contratar una mujer, no solo están disminuyendo la brecha social y laboral que ha prevalecido durante décadas, sino que están colocando en su espacio laboral trabajadoras que aportan un valor agregado relacionado con mayor productividad, capacidad de innovación y desarrollo de nuevos proyectos, fortalecimiento del trabajo en equipo, relaciones laborales mucho más estables, baja rotación del personal y niveles de ausentismo, así como compromiso afectivo con la organización.
Ha quedado demostrado que uno de los factores altamente limitantes para que las mujeres ocupen puestos de trabajo está asociado a la baja escolaridad, ya que esta reduce la capacidad del talento femenino para acceder a las herramientas tecnológicas necesarias para atender las exigencias laborales actuales. Por esa razón, el posicionamiento de las mujeres en el plano laboral solo se conseguirá trabajando en conjunto con el sector educación.
Stephanie Alanis