Por una nueva canasta básica para todos
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 25 noviembre, 2019
La Canasta Básica Alimentaria se define como una lista de alimentos que debe proveerle a los costarricenses las calorías necesarias para satisfacer sus necesidades; tradicionalmente, su costo es un indicador que ayuda a medir la pobreza y el ingreso en nuestro país.
El concepto se ha desvirtuado recientemente porque, ante la urgencia presupuestaria del Gobierno del presidente Alvarado, se elaboró el listado con base en criterios tributarios. De esta manera, la selección de los productos se enfocó solo en lograr la mayor recaudación de impuestos posible, y dejó en segundo plano la salud de las personas, su dieta, costumbres y la posibilidad de adquirir productos de todos los tipos de alimentos.
Por eso es que propuse en la Asamblea Legislativa el proyecto de “Ley para la Definición de la Canasta Básica Tributaria por el Bienestar Integral de las Familias”, que busca incluir en la lista los productos que realmente consumimos los costarricenses y que basa su elaboración en criterios técnicos y en las necesidades de la gente.
La propuesta recibió el visto bueno de la Comisión de Gobierno y Administración el martes 19 de noviembre, y contempla considerar los siguientes aspectos para crear un nuevo listado: alimentación mínima necesaria para la subsistencia, criterios nutricionales para una dieta balanceada, estadísticas y tendencias de consumo de las familias en condición de pobreza, así como derechos de los consumidores y trato no discriminado.
Para que se garantice una canasta equilibrada para todos, los responsables de su elaboración –los ministerios de Hacienda y de Industria y Comercio- deberán consultar a expertos de la Caja Costarricense de Seguro Social, el Ministerio de Salud, el Colegio de Nutricionistas, universidades y organizaciones de consumidores. Además, tendrán la obligación de revisar la lista al menos cada cinco años.
Este cambio es de suma importancia por diferentes razones. Si las poblaciones más vulnerables no pueden adquirir los productos que les garanticen una dieta saludable, los obligará a seguir consumiendo comida chatarra y este hábito acentuará los problemas de salud que ya padecen muchos costarricenses.
Según el informe del “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe”, del año 2018, Costa Rica es el país de América Latina con mayor crecimiento en la tasa de obesidad: casi 900 mil adultos tienen sobrepeso.
Además, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares, alrededor de un millón de personas viven en hogares en estado de pobreza y cerca de trescientas mil no ganan lo suficiente para adquirir la comida que les proporcionará al menos las calorías necesarias que sus cuerpos necesitan.
Definir cuáles productos son esenciales para la dieta de los costarricenses no es una decisión que debe basarse en criterios económicos para beneficiar a Hacienda, sino en aspectos nutricionales e incluso culturales y estadísticos. Los derechos del consumidor deben respetarse, y ante todo debemos proteger a los costarricenses más pobres.
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República