¿Podemos mejorar la competitividad eléctrica?
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 01 agosto, 2016
Sí se pueden reducir los costos de la electricidad para llevarlos a los niveles de competitividad internacional que el país necesita, para lograrlo es necesario implementar una política energética eficaz
¿Podemos mejorar la competitividad eléctrica?
Para lograr que los costos de generación de electricidad sean competitivos internacionalmente y que apoyen el desarrollo nacional hay que tener claro cuáles son las causas que han inducido los altos costos actuales. Entre estas se encuentran las siguientes:
1. Excesiva exposición del sistema de generación eléctrica a factores externos de costo fuera de nuestro control.
2. Sobreinstalación de equipamiento de generación para enfrentar la creciente variabilidad natural de las energías renovables. En 2016 la capacidad instalada de generación eléctrica será de 3.422 MW, mientras que la demanda máxima esperada para este año no superará los 1.700 MW. Este exceso de capacidad instalada de 1.722 MW, que equivale a un 100%, conlleva a un costo muy elevado.
3. Agotamiento de sitios de bajo costo. Los sitios más baratos para el desarrollo de las fuentes renovables tradicionales (hidroelectricidad, eólica y geotermia) ya han sido desarrollados; así, los que quedan por desarrollar son más caros, lo que nos hará movernos hacia arriba en la curva de costos.
4. Las tecnologías relacionadas con las fuentes renovables tradicionales son maduras, por lo que será muy difícil reducir los costos de generación de estas fuentes por la vía de futuras innovaciones tecnológicas.
5. Baja penetración de las energías renovables no tradicionales, como la energía solar (centralizada y descentralizada). Esto ocurre a pesar de que se están dando permanentemente innovaciones tecnológicas muy significativas que conducen a un movimiento continuo hacia abajo en la curva de costos y que su desarrollo se complementa muy bien con las energías renovables tradicionales que ya están en el sistema. Pero el exceso de regulaciones costosas y engorrosas está obstaculizando su desarrollo.
6. Alto costo del respaldo de energía firme del sistema. Las plantas térmicas que suministran este respaldo (587 MW) usan búnker y diésel importados, a pesar de que existen opciones mucho más baratas y ambientalmente superiores, como el gas natural nacional.
7. Altos sobrecostos durante la construcción de los proyectos. El Proyecto Hidroeléctrico Pirrís (134 MW) es uno de los muchos casos que se suman a una larga lista de proyectos que han tenido importantes sobrecostos. Su pecio inicial fue de $300 millones, pero terminó costando $630 millones ($330 más caro; un 100% de sobrecosto).
8. Existencia de mecanismos financieros que conducen a altos costos, tales como los fideicomisos.
9. Marco jurídico y regulatorio muy rígido que no estimula la reducción de costos.
10. Dogmas implantados en la política energética que son responsables de una buena parte de los altos costos de la electricidad.
Sí se pueden reducir los costos de la electricidad para llevarlos a los niveles de competitividad internacional que el país necesita, para lograrlo es necesario implementar una política energética eficaz que no tenga dogmas y que esté asociada a mecanismos eficientes de ejecución y control.
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