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Otra renuncia por acosos sexuales

Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 17 enero, 2011



Otra renuncia por acosos sexuales


Cansada de tratar de implementar una serie de cambios administrativos en el Ministerio de Seguridad, y luego de algunos choques con varios jefes policiales, la administradora pública y experta en gerencia de proyectos, doña Flora Calvo, renunció a su cargo de viceministra del ramo.
Días después de hacerse pública su decisión, trascendió que además de ciertos desencuentros con el otro viceministro, Walter Navarro, la señora Calvo había vivido en carne propia el acoso sexual que ella misma combatía desde su jefatura defendiendo a tantas mujeres policías.
La hoy ex viceministra recibió en su celular un mensaje sexual ofensivo por parte de un jefe de la policía josefina.
En aquel momento ella informó lo sucedido a su superior, el ministro José María Tijerino. Según doña Flora él le pidió que no hiciera la denuncia; según don José María él la dejó en libertad de hacerlo.
Con todo el respeto que siempre me ha merecido el ex fiscal general, ninguna de las dos posiciones es aceptable: su obligación era defender a su compañera amonestando de inmediato al jefe de policía.
Sobre el mensaje de texto en cuestión, las explicaciones dadas por el policía y corroboradas por dos funcionarias del Ministerio, son insólitas y risibles.
Resulta que el jefe de policía tenía que hacer una tarea para un curso de criminología, que consistía en buscar en las redes sociales un mensaje de alto contenido sexual para estudiar la doble moral costarricense. No había que hacer un ensayo, un análisis, un estudio. No. Los alumnos debían enviar el mensaje soez a la profesora por medio de un mensaje de texto a su celular. (¿?). El pobre hombre se equivocó de número de teléfono porque la maestra en cuestión también tiene un nombre que empieza con F. Y además ¡qué desafortunado! no sabía manejar bien el aparato telefónico nuevo propiedad del Ministerio de Seguridad.
Si la historia es falsa y el objetivo es defender al policía y dejar mal parada a la señora Calvo, hay que felicitar al creador de este guion por su imaginación aunque la verosimilitud no parece ser su fuerte.
Si los hechos son verdaderos, tenemos que preocuparnos. ¿Qué clase de extrañas perversiones alientan a una profesora que pretende recibir mensajes de texto ofensivos? ¿Quién diseñó el curso? ¿Aquel célebre diputado de nombre ilustre que fue acusado por supuesto acoso sexual?
Doña Flora había hecho pública la situación de muchas mujeres en el Ministerio de Seguridad que, para no terminar limpiando pisos, deben acceder a tener relaciones con sus jefes. Según la Defensoría de los Habitantes, cuatro empleadas de esta institución al mes denuncian los acosos. Es bien sabido que son más las que callan que las que se atreven a hablar. El hostigamiento sexual es una forma arcaica, machista y primitiva de relacionarse con cualquier mujer y no debe ser permitido por nadie. Especialmente por los superiores.
Esperemos que don José María Tijerino tome cartas en el asunto y que se aclaren bien las razones de la renuncia de doña Flora. Sería lamentable que por sus denuncias se haya visto obligada a dejar el cargo.

Claudia Barrionuevo
[email protected]

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