¿Ocupará don Óscar su plan B?
Gaetano Pandolfo [email protected] | Lunes 28 mayo, 2018
Probablemente en el partido inicial de la Selección Nacional ante Serbia en el Mundial, Costa Rica se presente con un 5-4-1, donde Óscar Ramírez daría prioridad a esta formación: Navas; Gamboa, Waston, González, Acosta y Oviedo; Borges, Guzmán, Ruiz y Colindres; Ureña.
Si a la hora buena, el “Macho” se decide por algunas variantes, dentro de este mismo esquema táctico, jamás podríamos ver este detalle como un cambio a la forma en que se para el equipo.
Que jueguen, por ejemplo, Matarrita por Oviedo, Azofeifa por Guzmán, Bolaños por Colindres o Campbell por Ureña, no cambia la estructura del equipo. Siempre Costa Rica se pararía con ese 5-4-1, el sistema táctico cauto, prudente, reforzado en zona de retaguardia y de poco poder ofensivo, preferido de nuestro estratega.
¿Sobrevivirá o fracasará Óscar Ramírez en Rusia bajo este sistema táctico?
Después de lo acontecido en Brasil 14 con la Selección Nacional no se puede especular ni afirmar absolutamente nada.
La duda, la gran interrogante táctica que se presenta en los previos de la Copa del Mundo en cuanto a nuestro seleccionado, será conocer a la hora buena, si Óscar Ramírez se anima, se atreve o se dispone a sentar a alguno de sus jugadores preferidos que no estén dando la talla, cambiar el sistema de juego y pasar por ejemplo a jugar línea de cuatro en defensa, sacrificar un volante central y alimentar la zona de ataque con un número mayor de piernas.
Todos conocemos lo precavido que es nuestro director técnico. Estudioso, meticuloso, detallista, un estratega que sin duda tendrá en su cabeza con la asesoría de Luis Antonio Marín y Alejandro Larrea, diferentes combinaciones tácticas para poner en práctica en los juegos mundialistas.
Pero…
¿Tendrá “Macho” Ramírez un plan B que asuma riesgos?
¿Será capaz don Óscar de sentar a un Johnny Acosta, a un Celso Borges, a un Bryan Ruiz y romper su mimado 5-4-1 por una formación más riesgosa?
¿A cuál costarricense no le gustaría ver en Rusia una Selección Nacional que jugara por ejemplo un 4-3-3, con Celso, Guzmán y Ruiz en la cintura, pero con Campbell, Ureña y Colindres en ataque?
Pasar del tradicional 5-4-1 a formaciones de mayor riesgo táctico como el “viejo” 4-4-2, o un 5-3-2 o un 4-3-3, sí es poner en práctica un plan B, pero cambiar pieza por pieza, detalle que le agrada mucho a nuestro entrenador, dentro de un mismo sistema táctico, no es utilizar un plan B.
Masivamente, los ticos están opinando en sus sitios de tertulia y reunión, que el partido que marcará la cancha es el primero frente a Serbia. ¡Este es el juego que hay que ganar!
Presupuestada la derrota ante Brasil, la Selección Nacional debe llegar al cierre con Suiza con algo en su canasto.
Entonces, es en ese juego frente a los serbios donde se podrá conocer, analizar y valorar el comportamiento de nuestro técnico, para observar si se queda estacionado con su sistema táctico preferido, o se anima y se arriesga en el desarrollo del juego a poner en práctica ese plan B del que hablamos.
Táctica del Macho
Plan táctico A
Formación: 5-4-1
5: Gamboa, Waston, González, Acosta y Oviedo
4: Borges, Guzmán, Ruiz y Colindres
1: Ureña
Plan táctico B
Formación: 4-3-3
4: Gamboa, Waston, González, Oviedo
3: Borges, Guzmán, Ruiz
3: Campbell, Ureña, Colindres