O hay pa’todos o hay patadas
Natiuska Traña [email protected] | Miércoles 08 agosto, 2018
O hay pa’todos o hay patadas
Muchos hablan sobre el necesario recorte del gasto, sobre privilegios y gollerías en el sector público. Y sí, son innegables los incontables abusos que deben recortarse, principalmente el sinsentido de las pensiones de lujo.
Hace un tiempo, se hablaba que las pensiones de la Caja son insostenibles y que el esquema de Ponzi que las rige, es una estafa que dejará a muchos costarricenses sin pensión en el futuro; entonces para contrarrestar dicho escenario, se recomienda que usted y yo coticemos en un fondo de capitalización individual donde “ahorremos nuestra pensión”, y en la vejez se nos devuelva conforme al salario y el monto que hemos cotizado, ni más ni menos; ni por nadie más.
A pesar de que existe ese escenario trágico, hay un universo paralelo, donde algunos exfuncionarios públicos tienen pensiones VIP (Very Important Pensionado), entre ellos, exministros, jueces, exmagistrados, exdiputados y toda una línea de “exservidores de la Patria”. La particularidad de estas pensiones es que son sumas para las cuales el beneficiado NO cotizó y con las que carga el Estado —o sea las pagamos todos— . Entendamos, el problema no es que tengan pensión, pero sí que se trate de sumas millonarias para las no se cotizó. Da vergüenza que muchos de estos “VIP” se pongan a rasgar vestiduras y a criticar el tema de la reforma fiscal desde los partidos políticos en los que siguen activos o en su ejercicio independiente, refiriéndose a pluses o a injusticias que se cobran a los costarricenses desde el sector público cuando son el iceberg del problema, y en este caso sí son merecedores de “derechos adquiridos” inmorales e injustificados.
La ley Marco de Contribución Especial implementada en el gobierno para reducir estos abusos, ha recaudado a la fecha una suma de más de seis mil millones de colones; don Carlos Alvarado pretende continuar con la reducción de estos pluses en el Magisterio, Poder Judicial, Asamblea Legislativa, entre algunos ejemplos.
En los primeros cien días del nuevo gobierno, falta mucho por hacer, pero el Presidente y su equipo están proponiendo cambios que conllevan un costo político enorme —esto debe aplaudirse—. Seamos honestos, los acreedores de las pensiones de lujo en muchos de los casos, son expolíticos que no quieren ver cercenados sus privilegios, sumado a esto, las decisiones y reformas legales que se deben tomar les competen a los políticos actuales —que “tanta rueda han chupado” para llegar a sus cargos y no quieren perderse la oportunidad de la tajada del dinero público ganado fácilmente por solo llenar una silla y pasar desapercibidos cuatro años—.
Don Luis Guillermo Solís hace cuatro años dijo que encontró una finca bonita pero encharralada, lamentablemente le heredó al nuevo presidente una finca arrasada, inerte y con los peones al borde de perder su trabajo, en la que el administrador de la finca no rindió cuentas de su pasajera gestión, donde lo desacomodado de gobiernos anteriores no solo no se solucionó sino que empeoró.
Necesitamos una reforma legal que no solo reduzca simbólicamente estas pensiones, sino regule el pago efectivo equivalente de lo cotizado y no las sumas celestiales que algunos reciben o sus familiares. Veremos qué dice la Asamblea Legislativa, cuántas manos se levantan en pro de estos recortes, a cuántas les pegan reglazos y cuántas se esconden porque no les benefician.
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