Nuestros puertos se merecen toda la solidaridad política social y económica en este gobierno
Ricardo Trujillo [email protected] | Jueves 16 junio, 2022
MScEE Ricardo Trujillo
Las poblaciones de Limón y Puntarenas viven sus peores momentos de pobreza, delincuencia y abandono, como resultado de las nefastas políticas de gobierno dictadas desde los palacios del poder político en la capital. Me refiero a leyes restrictivas de pesca, a la negativa para reducirles sus tarifas eléctricas y al impedírseles aprovechar el bajo costo de los combustibles que le son descargados.
La ubicación costera y calurosa de esos puertos los obligan al uso intensivo de la energía eléctrica para la climatización de comercios, hoteles y residencias y para la fabricación de hielo y frigoríficos para la industria pesquera. Con bajas tarifas eléctricas la rentabilidad y competitividad de su industria pesquera y demás se vería fortalecida y podrían convertirse en verdaderos polos de desarrollo económico y social, atrayendo las inversiones que generan empleos básicos y de alta calidad.
La economía de esos dos puertos mejoraría sustancialmente, atrayendo muchas industrias y creando miles de empleos, si se aprobase una ley que les permitiese la administración directa a nivel municipal de sus propios recursos energéticos y ventajas geográficas, la cual les permitiría la generación y distribución de la energía eléctrica y la importación de combustibles y otros energéticos, excluyéndolos de las restricciones a causa de múltiples leyes vigentes. La independencia energética haría de nuestros puertos verdaderos polos de desarrollo.
De esa manera, los puertos podrían explotar su invaluable recurso energético solar, mareomotriz, eólico y de gas natural, con mínimos gastos de transmisión distribución y comercialización que actualmente les cobra el ICE, y reduciendo con ello las tarifas de generación eléctrica a un mínimo.
Ofrecer tarifas eléctricas del orden del 50% de las que pagan actualmente sería el objetivo de dicha ley, para que sean imanes en la atracción de inversiones de todo tipo. Y eso se puede perfectamente lograr con la aprobación de una ley que jamás seria objetada por sector alguno, ya que seria en beneficio de 2 poblaciones en urgente necesidad nacional.
Actualmente la tarifa horaria vigente para los puertos es excesivamente alta, del orden de los 151 colones por kilovatio hora para las horas del mediodía y de 103 colones para el resto de las horas diurnas. Ello es debido a que la energía que los puertos utilizan es de origen mayoritariamente hidroeléctrico (87% en horas de máxima demanda y alto costo marginal como lo publica todos los meses el CENCE del ICE) y generada a gran distancia y con un alto costo por cuanto en la tarifa se pagan la actual amortización de la ultimas represas y proyectos geotérmicos del ICE del orden de los 70 colones por Kilovatio hora a los que se les agrega los costos de transmisión, distribución y comercialización que para las zonas de distribución del ICE suman C 80 colones por KWhora.
Actualmente la tecnología de la generación solar centralizada en zonas de alta radiación como son los alrededores de Puntarenas permite generar energía eléctrica a media y baja tensión a precios entre 2 y 5 centavos de dólar por Kilovatio hora, es decir, de 13 a 35 colones por KWhora. Esa energía inyectada directamente a la red de distribución de la ciudad permitiría ofrecer tarifas del orden de los 50 colones por KWHora o menos en las horas diurnas. Lo anterior se podría lograr con la instalación de miles de miniplantas solares de generación distribuida en los techos de todos los hogares portuarios a cargo de la empresa municipal, y con la compra de energía eléctrica a generadores privados que la pudiesen ofrecer desde zonas cercanas a las subestaciones de interconexión con la red nacional.
El costo de instalar 100 megavatios de potencia distribuida no pasaría de los US$ 70 millones de dólares y los abonados los pagarían dentro de la tarifa con una amortización a 25 años plazo, a un promedio de 14 colones por Kilovatio hora, o el equivalente a dos centavos de dólar por kilovatio hora. La generación vespertina y nocturna se podría adquirir de múltiples hidroeléctricas que están en paro por cancelación de sus contratos con el ICE que, en caso de ser licitadas, podrían generar en el orden de los 20 colones por kilovatio hora. También se podría aprovechar la cercanía de plantas del ICE actualmente sin uso como son Moín, Barranca y Garabito si la ley les permitiese adquirir esos activos para su explotación.
Conclusión
Una ley que le permita a los puertos crear su propia empresa o cooperativa municipal de distribución eléctrica, con la misma legalidad que ya tienen ESPH, JASEC, Coopelesca, Coopeguanacaste, Coopesantos, etc. con el fin de suministrarse su propia energía eléctrica para autoconsumo al verdadero mínimo costo, abriría las puertas a nuevas y frescas inversiones en la industria naviera, portuaria, frigorífica, pesquera .y de maquila, las cuales generarían miles de empleos para los jóvenes que ahora se ven obligados a delinquir para sobrevivir en esos puertos. Si los anteriores gobiernos no lograron ayudarles a esos puertos, una ley solidaria con esas poblaciones si logrará hacer realidad el milagro que sus pobladores esperan de sus gobernantes, en especial del actual, a quien le dieron su voto mayoritario ya en dos elecciones consecutivas.
https://www.larepublica.net/noticia/para-el-2050-seremos-energeticamente-independientes