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Nudo gordiano y tramitomanía

Rodolfo Piza | Miércoles 04 marzo, 2015


La tramitomanía es nuestro nudo gordiano y debemos cortarlo, sin perder demasiado tiempo en cada nudo


Nudo gordiano y tramitomanía

En el Congreso Nacional de Uccaep (24 febrero) se recordó que hacer negocios en el país es oneroso, engorroso y poco seguro. Según el Doing Business Report 2014, empezar un negocio (puesto 102 en el mundo), lidiar con permisos de construcción (puesto 82), pagar impuestos (puesto 136), garantizar el cumplimiento de los contratos (puesto 130), resolver casos de insolvencia (puesto 124), garantizar la protección de inversionistas (puesto 170), son tareas mucho más complejas que en los países con los que competimos.
Que el MEIC y el Ministerio de Trabajo se comprometan a reducir trámites y trabas para el desarrollo de pequeñas y medianas empresas y estén dispuestos a revisar “140 trámites, para ver si son necesarios”, nos alegra; pero nos da miedo que se pierdan por los cerros de Úbeda. Por eso, insistimos en la necesidad de:
1) Contener crecimiento de trámites reglamentarios. Previo a aprobar cualquier ley, decreto o reglamento deberá dictaminarse técnicamente sobre su impacto presupuestario previsible y el regulatorio, de manera que sepamos cuánto nos va a costar, en todo sentido, la emisión de nuevos procedimientos.
2) Simplificar permisos y autorizaciones de entidades públicas: Que todo trámite pueda desarrollarse en línea (por internet), que no se puedan exigir certificaciones o constancias que consten en registros de cualquier administración pública; que la solicitud o trámite del administrado presuman su anuencia para que la administración pueda recabar la información que conste en cualquier departamento público; que las certificaciones o constancias a emitir sean gratuitas y que las entidades u órganos públicos requeridos no puedan negar su colaboración.
Que el habitante solo deba acudir a una ventanilla para cualquier trámite (electrónica o física). En caso de que se exijan aprobaciones de municipalidades y colegios profesionales, solo se deba acudir a la ventanilla institucional principal (y, en extremis, un máximo de dos ventanillas).
3) Consecuencias por incumplimiento de plazos: Que el silencio positivo se aplique a todas las autorizaciones y permisos, salvo que la Ley diga expresamente lo contrario; que no se pueda derogar el efecto positivo por interpretación; que la anulación de esa aprobación solo sea posible por nulidad absoluta evidente y manifiesta. Que los funcionarios que entraben el desarrollo de las actividades autorizadas por silencio positivo sean responsables personalmente por los daños y perjuicios. Que cuando el silencio positivo no sea aplicable, al vencimiento del plazo se otorgue un plazo de tres días máximo para la resolución y que se inicie debido proceso contra los funcionarios responsables, con participación del habitante perjudicado. En caso de que hayan vencido los plazos, que se revierta la carga de la prueba y sea la administración quien deba probar que el permiso o autorización eran ilegales.
En la antigua Frigia, Gordias creó un nudo que nadie pudiera soltar. Cuando Alejandro Magno conquistó Frigia, soltó el nudo cortándolo con su espada. La tramitomanía es nuestro nudo gordiano y debemos cortarlo, sin perder demasiado tiempo en cada nudo, so pena de perdernos por aquellos cerros.


Rodolfo E. Piza Rocafort
 

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