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No siempre el que busca encuentra…

Natiuska Traña [email protected] | Miércoles 18 julio, 2018


No siempre el que busca encuentra…


 [...] estos dos instintos, por lo tanto, caminan uno al lado del otro, pero lo más distante posible, estimulándose recíprocamente a siempre nuevas reacciones gallardas para perpetuar en sí mismo incesantemente la lucha de esos contrastes, en la cual la palabra común “del arte” lanza un puente que es sólo aparente: mientras finalmente, se reúnen conjuntamente gracias a un milagro metafísico producido por la “voluntad helénica”, aparecen finalmente en apoyo y generan a este respecto la obra de arte de la tragedia del ática, que es tanto dionisíaca como apolínea.

El nacimiento de la tragedia, Nietzsche


¿Alguna vez se han preguntado por qué aparece algo que se les había perdido cuando dejan de buscarlo? Fijo es culpa de Murphy en todos los casos o quizá en ese momento en que nos relajamos las cosas llegan a nosotros.

Ampliando el tema a un asunto que es de interés tanto para hombres como mujeres (y el que diga que no, fijo está mintiendo o padece algún tipo de sociopatía o psicopatía) muchas veces se conoce también a la futura pareja cuando no la está buscando.

Durante meses, incluso durante años, se busca consciente o inconscientemente a la mujer o al hombre adecuado. Sin embargo, nunca llega. En lugar de eso, conoces a un montón de gente rara, en una cadena consecutiva de no acabar (risas).

Un día ya llega el momento de darse por vencido y dejar de pensar en los imaginarios sociales que le metieron a uno en la cabeza las mamás (ya bien lo dijo Arjona en “Ayúdame Freud”) o como buenos latinoamericanos, en las telenovelas mexicanas, que seamos realistas, no son los mejores ejemplos a seguir. Decimos: “En fin, igualmente ya no hay ningún hombre bueno/mujer buena hoy en día. Y si hay, ya están casados o traen su cadena de relaciones fallidas en la espalda. Y al mejor estilo de “How I met your mother” cuando llega a ese punto, sale un día cualquiera con sus amigos y no tiene la más mínima intención de conocer a alguien. Simplemente disfruta de su vida y de su tiempo. No piensa en absoluto en otros problemas o en el hecho de que hace ya bastante tiempo que está sin pareja... Y ¡PUM! así, como de la nada, aparece esa persona que es candidata potencial, que presenta toda esa lista de requisitos que usted se inventó y se pregunta: ¿Qué extraño que aparezca ahora. Justo ahora, cuando ya había dejado de lado todo ese temita de las relaciones?

Recuerdo un dicho que —el que muestra el hambre no come—, fijo en asuntos de relaciones es válido. Pero además de esto lo que pasa realmente es que muchas personas no están felices consigo mismas. Solas se sienten vacías e insatisfechas. Creen que mediante una relación se sentirán mejor en la vida, y que su realización como persona se da por tener pareja. Y estoy totalmente de acuerdo, con el hecho de que la vida se vuelve color de rosa cuando se está enamorado y compartir la vida con otra persona es lo más bonito de este mundo. Pero el error principal es no hacer la tarea de sentirse bien por uno mismo y con uno mismo, si esto no pasa, es probable que en una relación a largo plazo esto vaya a salir a relucir.

Conozco algunas personas que prefieren tener "cualquier" pareja, antes que estar solas. Y después se preguntan por qué sus relaciones no funcionan o que por qué son “flor de un día”.

El punto determinante es: las mujeres y los hombres, que no se sienten bien estando sin pareja, y buscan relativamente de manera obsesiva a alguien, atraen normalmente a sus arquetipos, que tampoco se sienten bien. Personas que andan preocupadas por grandes problemas, que acaban de terminar una relación o que simplemente utilizan a los demás.

Como vemos, no sentirse bien consigo mismo en ambas vertientes termina generando un “cupido tóxico”. Los sujetos quieren la historia de amor, pero finalmente terminan en una relación donde se hacen daño y para la cual no están listos. Fatídico destino, es como una “tragedia griega”.

¿Por qué?

Porque un ser humano naturalmente piensa que está mejor cuando aprende a arreglárselas solo. Cuando es sincero consigo mismo. Como dice la tan conocida “ley de la atracción”, que personalmente no me encanta como la definen, pero considero que es cierto lo que defiende: “Cosechamos, lo que sembramos.”

No quiero sonar a los librillos de autoayuda de Walter Riso, de Coelho y esa literatura “light” que no me fascina y si la puedo criticar en algún momento lo haré.

Pero indiscutiblemente, si no ha encontrado a esa persona, ¿qué importa? Hay que dedicarse principalmente al propio bienestar, inclusive puede ayudar a otros. Hay que resolver primero los problemas propios (los famosos “issues”), antes de precipitarse en una relación. Una relación solo puede ser armónica en cuanto haya armonía en la vida propia.

Pienso que no hay nada más agotador que comprometerse con la persona incorrecta y durante meses luchar por esta relación, con la esperanza de que "algún día funcionará". Mejor ahórrense esos quebraderos de cabeza, no leer recetas de cómo encontrar a la persona correcta. La persona correcta está dentro de usted mismo, haga las paces con usted y conózcase, pregúntese qué quiere para usted mismo y comience a hacerlo… En ese ínterin Aristóteles y Dante dejan de escribir y comenzamos a escribir nosotros.

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