Ni cuentas ni resultados
Alvaro Madrigal [email protected] | Jueves 03 marzo, 2016
Tanto hablamos del ruinoso enjambre de privilegios e inequidades multiplicados por la variopinta cantidad de regímenes salariales y jubilatorios, y no nos ocupamos de llamar a cuentas a quienes los parieron
De cal y de arena
Ni cuentas ni resultados
El principio de evaluación de resultados y rendición de cuentas como norma de conducta existe elevado a rango constitucional aplicable no solamente al Gobierno de la República, también a todas las instituciones públicas. ¿Se cumple puntualmente? Si así fuera, posiblemente se habrían salvado de la sala de cuidados intensivos las numerosas entidades del Estado que por una gestión fallida hoy viven en azarosa condición, con los responsables —cuando menos— purgados de sus ámbitos. La Compañía de Fuerza y Luz, Radiográfica Costarricense, Consejo Nacional de Producción, entre otras ramas del frondoso árbol institucional del Estado, sobreviven en la sala de cuidados intensivos en procura de superar su asténica condición. Aunque de otra naturaleza, los males son graves en los casos del régimen de enfermedad, vejez y muerte de la Caja de Seguro Social. El desempeño del MOPT y de sus brazos ejecutores en el mundo de la infraestructura lastran pesadamente la economía nacional, en tanto RECOPE se desfigura ante una realidad de cambiantes contornos que no sabe interpretar. Ni se diga del dispendioso gasto social en que incurre un Estado desafiado por el expansivo e inasible problema de la pobreza y el desempleo, en cuyo entorno se desplaza la descomposición social agitada por el crimen organizado. Tanto hablamos del ruinoso enjambre de privilegios e inequidades multiplicados por la variopinta cantidad de regímenes salariales y jubilatorios, y no nos ocupamos de llamar a cuentas a quienes los parieron (que no son únicamente las cabezas del sindicalismo) desde los mullidos sillones donde posan sus nalgas los jerarcas institucionales, en más de un caso con el concurso cómplice de delegados del sector privado que hoy se queja. ¿Aguantará el país más errores y omisiones de sus gobernantes? La administración Solís Rivera no es responsable de esta vorágine. Pero la inercia y la inepcia con que finalmente termine gestionándola, le impondrá el baldón de la descalificación al momento de la evaluación de resultados y rendición de cuentas, si es que llega.
Ante una comisión del Parlamento se advirtió lo estéril de la denuncia hecha hace años ante la Caja de Seguro Social sobre omisiones, incumplimiento de funciones y cuidado si no gestión dolosa en la administración del seguro de salud con grave riesgo a su estabilidad financiera. Los funcionarios recusados siguen en sus altos puestos (algunos ascendidos), el Ministerio Público acumula casi cuatro años en la investigación y el jefe del área de investigación de la dirección actuarial fue trasladado a servir a un hospital siquiátrico (tal vez por “sapo”). Por otro lado, el diputado Luis Vásquez denunció que CONAVI entre 2009 y 2013 libró contratos carreteros por expedita vía y con valor de 394.000 millones de colones a cinco empresas del ramo. Mientras, el Fiscal General adelanta que el vergonzoso asalto de “la trocha”, con un montón de empresarios coludidos con funcionarios públicos, ya va para juicio. ¡Qué bien que aparece esta luz de esperanza, no vaya a ser que todos sigan tan campantes como José Antonio Lobo!
Álvaro Madrigal
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