Neuroarquitectura, la nueva tendencia de edificios que ayudan a combatir el estrés
Danny Canales [email protected] | Viernes 03 septiembre, 2021 03:00 p. m.
La arquitectura evoluciona a un acelerado ritmo hacia la necesidad de generar el mayor bienestar de las personas que tienen que compartir muchas horas de su día en un edificio por razones laborales, de estudio, o residencial.
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El fin último es crear espacios con los elementos necesarios que incidan de manera positiva en el estado de ánimo, sentimientos, energía, concentración y hasta productividad.
Esa búsqueda llevó a la neuroarquitectura, una tendencia que crece en el mercado inmobiliario mundial y cuyo sueño se enfoca en lograr curar a la gente a través de la incursión de la neurociencia en la arquitectura.
Justamente con este innovador tema se cerró The Office Tenant Week 2021, un evento digital mediante el cual expertos, analistas y empresas del mercado inmobiliario analizaron durante una semana el futuro de los espacios de oficinas en la nueva era.
La exposición estuvo a cargo de Juan Carlos Baumgartner, socio fundador de spAce y considerado como uno de los mexicanos más creativos en el mundo por la Revista Forbes.
“La neuroarquitectura, no solo busca generar wellness, sino también preguntarnos si puede ser posible que llegues a un espacio, de oficinas, por ejemplo, en la mañana y que cuando te vayas a tu casa te sientas mejor que cuando llegaste”, explicó el especialista.
El interés de los arquitectos es lograr que la experiencia de los usuarios sea placentera y relajada y en esa investigación han trabajado de la mano con científicos, para entender cómo el entorno puede modificar las emociones, pensamientos o conductas.
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De esta manera se procura potenciar el comportamiento de una persona, así como calmar su estrés o ansiedad.
En esa línea, las edificaciones se caracterizan por la iluminación natural y uso de zonas verdes como elementos claves para generar un ambiente más amable que los espacios con luz artificial y así permita abrir la mente, aumentar la concentración y favorecer la calma.
Los techos deben ser altos para estimular las tareas más creativas y se deben considerar tonalidades de colores que estimulen el cerebro, como los cercanos a la naturaleza (verdes, azules, amarillos) que reducen el estrés, aumentan la sensación de confort e inciden sobre la percepción del espacio como un edificio saludable o el rojo, que capta la atención.
A su vez, la neuroarquitectura apuesta por los espacios rectangulares, entendidos como edificios menos agobiantes que los cuadrados, que provocan mayor sensación de estar encerrados.