Murray, un campeón paciente
Dinia Vargas [email protected] | Martes 12 julio, 2016
El tiempo y los años pasan reclamando un mayor protagonismo de Andy Murray, ensombrecido por el brillo de Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic.
Pero aunque al crono le costó mucho darle un espacio, poco a poco el inglés se ha ido ganando sus reconocimientos.
Su paciencia le ha permitido soportar tres años de lucha, de decepciones, hasta volver a levantar su segundo título en casa, en el templo del tenis, en Wimbledon, obtenido el domingo.
Murray ha sabido esperar, ser tolerante hasta esperar su momento. Capaz de reponerse de un golpe y de otro, de una final perdida y de otra. Tanto que venía de caer en tres desenlaces seguidos ante Djokovic (Abierto de Australia 2015, 2016 y Roland Garros 2016).
“Ha habido muchas preguntas después de mis derrotas, pero el fracaso no es terrible. Perdí partidos cerrados, pero no tengo miedo a ello. He aprendido de mis derrotas durante toda mi carrera”, comentó.
Y ahora supo celebrar frente a los suyos. Saboreó levantar su tercer Grand Slam al cielo (Abierto de Estados Unidos 2012 y Wimbledon 2013) más que en otras ocasiones.
Sus primeros títulos le ayudaron a librarse de la presión que llevaba sobre sus hombres. De sobrecargar con la esperanza de un país que tenía 77 años sin ver uno de los suyos celebrar en Wimbledon (el último había sido Fred Perry en 1936).
Ahora contra el canadiense Milos Raonic —6-4, 7-6 (7/3) y 7/6 (7/2)—, quien jugaba su primera final de Major, quería saborear el hecho de ser favorito. Desea vencer para él mismo.
Era entonces el momento de mostrar la experiencia, de enseñar todo lo que había aprendido. Era su torneo. Su triunfo.
“Me siento mucho más contento esta vez, más feliz. La última vez fue puro alivio, sin apenas disfrutarlo. Esta vez me aseguraré de disfrutarlo mucho más”, confesó.
Ahora el circuito espera un mayor protagonismo del número dos del mundo, llamado a pelear por romper el reinado inquebrantable que estaba teniendo Djokovic hasta llegar a Londres.
“Mi mejor tenis está por llegar”, advirtió.
Su próximo paso serán los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que inician el 5 de agosto y donde llegará como el encargado de defender la medalla dorada que obtuvo hace cuatro años en Londres. El escenario y el momento donde todo cambio.