Mujeres líderes quieren mitad del Poder Ejecutivo
Esteban Arrieta [email protected] | Martes 05 julio, 2016
La idea de que las mujeres ocupen la mitad de los puestos altos del Poder Ejecutivo cuenta con el apoyo de varias mujeres líderes.
Una mayor participación femenina ayudaría a eliminar prejuicios sobre su capacidad, al brindar una oportunidad más amplia de liderazgo en áreas como la economía, el ambiente, la producción y la competitividad.
Asimismo, se explotaría aún más el potencial de las lideresas costarricenses, quienes tradicionalmente han estado relegadas en la política, de acuerdo con las perspectivas de ellas.{l1}paridad_politica_es_el_mayor_logro_femenino_de_este_siglo{/l1}
Sin embargo, dos tercios de los lectores de LA REPÚBLICA no están de acuerdo con este concepto, recientemente propuesto por Epsy Campbell, diputada del PAC, de acuerdo con un sondeo realizado ayer por este medio.
Hasta el momento, las promesas de igualdad política no se han cumplido, ya que los hombres tienen una mayor participación en los cargos de ministros, viceministros, presidencias ejecutivas y juntas de instituciones autónomas, incluso, en el gobierno de Laura Chinchilla, primera mandataria del país.
La nueva frontera en cuanto a los derechos políticos de las mujeres, vendría a complementar un fallo de la Sala IV de octubre anterior, en el que se obliga a los partidos a distribuir de manera equitativa los cargos de elección popular como diputaciones, alcaldías y regidurías, respetando la alternancia vertical y horizontal, para que las mujeres tengan la posibilidad de encabezar las listas de selección.{l2}diputadas_se_unen_y_exigen_igualdad_a_solis{/l2}
Un proyecto de ley para reformar la Constitución Política presentado por la diputada Epsy Campbell, obligaría al presidente a nombrar mujeres en la mitad de los cargos, eliminando así la potestad discrecional actual.
Aunque la reforma legal vendría a garantizar un nuevo paso en las conquistas políticas de las mujeres, lo cierto del caso es que podría presentar un nuevo dolor de cabeza para los jefes de Estado.
Es difícil para los mandatarios convencer en estos tiempos, a profesionales capaces para asumir un cargo público, ya que la exposición nacional es alta y el salario no es bueno, mientras que el tema de género podría complicar la designación.