Mercado de valores promueve crecimiento y ahorro
Fabio Parreaguirre [email protected] | Lunes 22 agosto, 2016
Quitar trabas que hacen sobrerregulado al mercado de valores y crear productos que les den profundidad y facilidad a los inversionistas para enlistar sus empresas, así como su ahorro, son parte de las acciones que se necesitan para que exista una competencia entre la oferta bancaria y la bursátil.
Hoy para que una empresa se financie por Bolsa, tiene que pasar por una serie de requisitos, estudios de riesgo y toda una estructuración que es cara, complicada y poco moderna, lo que hace que sea más fácil simplemente optar por un crédito bancario, más expedito y barato.
Asimismo, los inversionistas no crecen al ritmo que se desean, esto porque el mercado tiene poca profundidad, no hay un número grande de emisores, mucho de lo que existe son bonos (renta fija), las acciones (renta variable) que se transan son pocas y no hay una clara educación para atraer nuevos ahorrantes y las que existen no tienen liquidez.
Son muchos los factores que en un mercado pequeño como el costarricense se deben articular para promover su desarrollo y profundización.
Lo primero es que la ley actual ya no refleja en su totalidad las necesidades para crecer, esta tiene 20 años de promulgada y en muchos casos se deben utilizar reglamentos o decretos para poder crear nuevos productos.
Se debe visualizar el mercado de valores como un aliado para impulsar al sector productivo del país, dentro del cual debe incluirse no solo al sector empresarial privado, sino también el impulso de la infraestructura pública en temas país.{l1}_bolsa_de_valores_eficiente_no_todavia{/l1}
La creación de los Fondos de Inversión de Desarrollo de Proyectos promovida este año, dará una ventaja para que el ahorro nacional se mueva por medio del mercado de valores.
Ya se han financiado con éxito proyectos importantes de infraestructura por medio de fideicomisos a través de este mercado que pueden reproducirse.
A través de estas iniciativas, podrían llegar al mercado emisiones de largo plazo que deberían ser de interés para inversionistas institucionales como las operadoras de pensión.
La escasa profundidad de nuestro mercado y la inexistencia de transacciones representativas que nos permitan contar con precios confiables se erigen como nuestros mayores retos.
El costo de la liquidez no se refleja fácilmente en los precios.
Un ámbito en el cual no se ha logrado alcanzar las expectativas, es en la creación de fondos de capital de riesgo que puedan invertir en empresas con buen potencial de crecimiento, en especial tecnológicas que luego se puedan capitalizar al vender la empresa a otras de mayor tamaño en el ámbito internacional.
La idea es que de esta firma se podría generar una mayor masa crítica de emisiones, a la vez que constituiría un “semillero” de empresas que posteriormente podrían acudir a un mercado de primer nivel al cual recurren los inversionistas institucionales.{l2}bolsas_iberoamericanas_se_reuniran_en_el_pais_en_setiembre{/l2}
El proyecto de MAPA de la BNV ha buscado hacer esto, por el contrario cada vez menos empresas cotizan en deuda o acciones, algo que debe cambiar.
Hoy a pesar de que el mercado de valores cuenta con una infraestructura de mercado moderna y ajustada a estándares internacionales, con puestos de bolsa, sociedades de fondos de inversión, centrales de anotación en cuenta, custodios, clasificadoras de riesgo, proveedores de precios, emisores e inversionistas, faltan muchas cosas por desarrollarlo. El mercado sigue concentrado en emisiones estatales, de gobierno y BCCR.
A manera de ejemplo, en al año 2000 el 83,7% del volumen transado correspondía a emisiones cuyo plazo al vencimiento era inferior a un año. Dicho porcentaje se redujo a sólo 26,9% en 2015.
De igual manera, para el 2000 únicamente el 3,4% y el 12,9% del volumen transado correspondían a colocaciones entre uno y cinco años y a más de cinco años respectivamente. En 2015 esas cifras ascienden al 45,7% y 27,4% respectivamente, demostrando crecimiento.