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COLUMNISTAS


Memorias de los Lara Fernández

Emilio Bruce [email protected] | Viernes 03 marzo, 2023


Sinceramente

En estos días de marzo un grupo de los descendientes de los Lara Fernández se reunirá para rendir un homenaje a sus padres y abuelos.

La historia comienza en el siglo XIX cuando don José Antonio Lara von Chamier y doña Clemencia Fernández Guardia unen sus vidas en matrimonio. Surge a partir de entonces su familia numerosa. Fueron sus hijos y nuestros abuelos Isabel, Clemencia, Enrique, Anita, María Cristina, Claudia, José Antonio y Mercedes.

Ante los altos y bajos de la existencia siempre enfrentaron esta con honor y con valentía haciendo efectiva la frase de Napoleón Bonaparte de que a los hombres se les valora no por sus caídas sino por la última vez que se ponen de pie. La historia de las familias se desarrolla entre lágrimas y risas. Esta familia no fue excepción alguna. Tan dignos fueron en épocas brillantes como durante las dificultades en sus vidas. La dignidad y el señorío se vivieron en sus casas y se transmitieron por sus venas.

Don José Antonio era hijo primogénito de don Salvador Lara Zamora, cafetalero, quien había ejercido la Presidencia de Costa Rica interinamente, era Académico de la Real Academia Española de la Lengua y había sido Gobernador de Alajuela, y de doña Anna von Chamier und Pascher. Doña Clemencia era hija de don León Fernández Bonilla, historiador, escritor valiente y combativo y diplomático costarricense y de doña Isabel Guardia Gutiérrez, la hermana mayor de don Tomás Guardia. Ambos habían nacido en familias muy políticas y sus vidas de alguna manera se vieron condicionadas por ello.

La temprana viudez de don Salvador Lara Zamora y su segundo matrimonio con doña Josefita Iraeta Guzmán proveyó para los hijos huérfanos del primer matrimonio el nido cariñoso y la figura materna de la que habían sido privados por la muerte prematura de doña Anna von Chamier. Por doña Josefita prevaleció siempre el amor filial y aún perdura el recuerdo cariñoso de los Lara Fernández.

Los hijos de la pareja Lara Fernández desarrollaron sus vidas, estudiaron, consiguieron trabajo y contrajeron matrimonio resultando en una diversidad grande de alianzas, temperamentos y ocupaciones. Doña Isabel se casó con don Manuel Sáenz Cordero quien fue viceministro de relaciones exteriores, doña Clemencia con don Miguel González Machado quien era un finquero de corazón y dedicó su vida a la finca de Juan Viñas, de los Lara primero y de los Lindo después, hasta su muerte. Don Enrique Lara contrajo matrimonio con doña Carmen Tomás Boza quien era maestra de primaria. Su encanto personal era notable, su naturaleza maternal y afectuosa hacía de ella una madre para todos sus alumnos, esto en palabras de don Alberto Cañas Escalante quien fuera alumno suyo. Don Enrique fue a la Escuela Militar de Chapultepec y siempre fue un jinete excepcional y un organizador nato. Trabajó en el Banco de Seguros al que iba en bicicleta para llegar luego a ser la cabeza de esa institución cuando ya era el INS. Doña Anita casó con el caballero don Gonzalo Pacheco González, sobrino de don Cleto González Víquez y a quien aún recuerdo en la Orquesta Sinfónica Nacional tocando su violín. Doña María Cristina casó con don Juan Rafael Flores Antillón a la sazón un gran industrial del tabaco, persona generosa y servicial con todos. Doña Claudia casó con un farmacéutico y un intelectual don Emilio Jiménez Pacheco. Don José Antonio tomó por esposa a la extraordinaria dama doña Flora Eduarte Odio. Sus atenciones para toda su familia fueron proverbiales y mis recuerdos de tomar el té de la tarde en su casa con su brillante juego de té que parecía de oro y degustar sus galletas de jengibre me han acompañado por décadas. Don José Antonio trabajó muchos años para la United Fruit Co., fue capitán de puerto en Limón y finquero. Su finca en Zent forma hoy parte de la universidad de la tierra. Doña Mercedes quien estudió educación y ejerció como maestra, contrajo matrimonio en primeras nupcias con don Teodoro Picado Michalsky quien fuera profesor, una persona de una cultura extraordinaria, académico de la lengua, ministro, diputado y presidente de Costa Rica. En familia le daban broma llamándole limonada pues no probaba el licor, el sufría de Mal de Parkinson y tenía serios problemas de equilibrio. En segundas nupcias doña Mercedes casó con el abogado don Oscar Sáenz Soto quien fue diplomático, embajador en Madrid, cónsul en Ecuador y en New Orleans.

Fueron ellos un grupo de hermanos profundamente unidos ante las adversidades que cualquiera de ellos viviera y tremendamente cercanos y solidarios en los tiempos felices de cielos azules. Ellos fueron los Lara Fernández y su legado de moralidad, honor, trabajo, solidaridad, sobriedad de vida y refinamiento en sus modales y formas sociales ha seguido trascendiendo a los suyos.

En estos días serán recordados. Videos, colecciones de fotos, charlas anecdóticas, y convivencia en su venerada memoria sostendrán dos de sus hijos sobrevivientes y muchos de sus nietos.

Para los descendientes de José Antonio Lara von Chamier y de Clemencia Fernández Guardia mi homenaje de profunda admiración y respeto, así como mi cariño. Viven ellos permanentemente para los suyos en sus memorias iluminadas por un profundo amor.

Emilio R Bruce Profesor

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