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Martes, 26 de noviembre de 2024



BUEN COMER


Mariscos que se ven bien y saben aún mejor

Melvin Molina [email protected] | Viernes 22 julio, 2016


Jaime Goldenberg, Alberto Cubero, Arturo Papadopolo, son los socios de la empresa. Esteban Monge/La República


Cuando la enorme langosta al estilo caribeño llega a una de las mesas de Go-Fish en Escazú, salta a la vista que el chef Alberto Cubero busca que cada platillo se vea bien. Al degustar la creación el sabor conquista el paladar.

Este restaurante trabaja con los frutos del mar como materia prima, no obstante buscan diferenciarse de la competencia elaborando cada platillo con técnicas de cocina internacional, ya sea francesa, peruana, mediterránea o asiática.

Su langosta caribeña recibe su nombre porque se acompaña de una salsa cremosa muy sutil con notas de coco y chile panameño, pero además porque proviene del Atlántico.

“Hay una enorme diferencia entre la que proviene del Pacífico y la langosta del Caribe, esta tiene un sabor más dulce e intenso. Queremos darle un toque especial con la salsa, pero sin que pierda su sabor propio; cuando la ve llegar a la mesa impresiona”, comentó Cubero.

Cubero creció en el Golfo de Nicoya, por eso su amor por los mariscos es profundo. Sabe que requiere la manipulación adecuada, pero como materia prima la considera maravillosa.

El tiradito de atún de Go-Fish es otro buen ejemplo de su búsqueda de ir a algo conocido, pero ponerle su estilo. Toma el pescado, lo prepara en finas lonjas, lo acompaña con trozos de fresa, aguacate y alfalfa. Al final se baña con una salsa cítrica de influencia asiática, con su toque picante pero sin ser excesivo.

Solo el atún con la salsa va bien, pero el chef propone que se tome un trozo de este pez, se acompañe con la fresa y el aguacate y todo junto llegue a la boca. El resultado, según Cubero, es una mezcla de sensaciones que son un festín al paladar.

El pulpo es un producto que le da dolores de cabeza, lo mismo que grandes satisfacciones al chef. Lo primero porque prepararlo requiere una preparación previa de 24 horas y que se debe cuidar muy bien en cada etapa, pero al final todo vale la pena porque a los comensales les agrada mucho.

“Lo preparamos a la parrilla, queda crocante pero con buena consistencia por dentro. Lo servimos sobre gajos de papa con una salsa propia de la costa francesa que lleva mantequilla, paprika, vino blanco y limón”, añadió Cubero

Otra forma de servirlo es con ensalada mediterránea, una mezcla de lechugas, tomate deshidratado, aceitunas kalamata, cebolla morada, alcaparras y con una vinagreta casera. Esta se corona con dos pinchos de pulpo que van muy bien.

En la mesa de Go-Fish, ya sea en Escazú o Curridabat, enamorarse de los mariscos es tarea fácil.







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