Los antecedentes de la apertura de las telecomunicaciones. (II Parte)
Juan Manuel Campos [email protected] | Martes 19 octubre, 2021
El Gobierno de Don Miguel Ángel Rodríguez Echeverría y Concertación Nacional
Habiendo registrado nuestro país un primer intento infructuoso para el fortalecimiento del ICE y la apertura sectorial de Telecomunicaciones y Energía, el gobierno de Don Miguel Ángel Rodríguez Echeverría propuso una mesa de concertación nacional en la que se integrarían sindicatos, partidos políticos, sociedad civil, foro de mujeres, empresarios y gobierno de la República.
Don Miguel Ángel creo una atmósfera de confianza para que se iniciara la discusión de temas trascendentes y para ello se crearon varios foros , cuyo objetivo era presentar una reforma profunda en los mercados de seguros, pensiones, telecomunicaciones, y que tenían como común denominador, la confrontación de ideas y la búsqueda de soluciones de largo plazo en temas estructurales como las aperturas de telecomunicaciones y seguros.
En el sector de Telecomunicaciones por azares del destino -diría yo-, me tocó, sorpresivamente representar al gobierno de Don Miguel Ángel en la que por primera vez en la historia costarricense, logramos un acuerdo concertado entre partidos políticos, sindicatos, empresarios, foro de mujeres, cooperativa y sociedad civil para la apertura de ese importante sector.
La fórmula fue parecida a la que ideamos en el Gobierno de Don José María Figueres Olsen: Transformación del ICE ( se eliminaba la Presidencia Ejecutiva) dotándole al ICE de nuevas herramientas jurídicas que los destrababan para competir en sus respectivos mercados; pero lo más importante fue la visión social con la cual se creaba el Fondo Nacional de Telecomunicaciones y se erigía un regulador autónomo e independiente, quedando una apertura progresiva del mercado y la política pública quedaba a cargo del Poder Ejecutivo.
Lamentablemente las fuerzas que confluían dentro del gobierno de Don Miguel Ángel presentaron a la Asamblea Legislativa, proyectos inviables en el que el de Telecomunicaciones seguía la línea dictada por Pablo Spiller, prestigioso abogado uruguayo que había colaborado con la creación de las leyes de apertura de telecomunicaciones de Guatemala y El Salvador en las que se minimizaba el papel de la entidad reguladora, por cuanto el mercado debería resolver las diferencias entre operadores y entre estos y los usuarios con la mínima intervención estatal, pero lo más delicado de la propuesta de Spiller era que se le pretendía dar a las frecuencias radioeléctricas, un valor, creando para ello un Título de Usufructo (TUF) que podía ser transado en el mercado secundario.
La respuesta de los sindicatos fue de abierta oposición y rompieron fuegos contra la propuesta gubernamental que se había apartado de lo concertado; ese nuevo respiro para los sindicatos significó un enorme costo político para el gobierno de Don Miguel Ángel pues el país se paralizó y los proyectos presentados a la Asamblea Legislativa fueron declarados inconstitucionales en su tramitación por la Sala Constitucional. El corolario fue que finalmente se logró disipar la revuelta popular y la mejor oportunidad en la historia que tuvimos para realizar un cambio estructural feneció sin más recuerdo hoy día que la revuelta popular