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Pedro Oller [email protected] | Martes 23 octubre, 2012



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Tras negros días de tormenta, al revelar la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) los resultados de una extensa investigación cuyas “pruebas muestran más allá de cualquier duda que el equipo ciclista US Postal puso en marcha el programa de dopaje más sofisticado, profesionalizado y exitoso que el deporte haya conocido en su historia”, ayer la Unión Ciclista Internacional comunicó que ha sancionado de por vida al ciclista Lance Armstrong y lo ha despojado de sus siete Tours de Francia.
Las noticias han caído como una bomba. Lance Armstrong era un invencible, el campeón de las mil batallas. Ahora, irremediablemente, hay que agregar también que era un tramposo.
Sobrevivió al cáncer testicular que le detectaron a los 25 años y que le daba, al momento del diagnóstico, solo un 40% de probabilidades de vida. Un año después, en 1997, estableció la fundación Livestrong para lucha contra el cáncer que popularizó las pulseras amarillas y que ha recaudado casi $500 millones desde su inicio. Regresó al ciclismo para ganar cinco de sus siete Tours de Francia.
El ciclista, como lo dicen también otros deportistas, siempre se defendía ante la sospecha del dopaje reiterando que se había sometido a cientos de exámenes sin que se encontrara sustancia prohibida alguna. Cuando la USADA inició la investigación en su contra, Armstrong demandó tratando de suspenderla. Cuando el programa de televisión 60 Minutes presentó el testimonio del también ciclista Tyler Hamilton, en el que afirmaba que Armstrong había dado positivo en un examen antidopaje en 2001, así como que habían compartido drogas, sus abogados exigieron una retractación.
En su reporte, la USADA, cita a compañeros de equipo de Armstrong quienes dicen que evitaba los exámenes escondiéndose, abandonando un giro, recurriendo al enmascaramiento mediante infusiones salinas, empleando técnicas o drogas que no fueran detectadas como la EPO, una hormona humana clonada y no un producto sintético. Tras fallar en su intento por detener a la USADA en estrados judiciales, el pasado agosto anunció que no recurriría a la vía del arbitraje. El programa 60 Minutes lejos de retractarse, confirmó que su historia era veraz, correcta y balanceada.
Se estima que solo en patrocinios, Lance Armstrong perderá más de $10 millones al año. Marcas como las bicicletas Trek o los cascos Giro, la cervecería Anheuser-Busch y Radio Shack cancelaron sus contratos. También lo hizo Nike, empresa que con severidad sentenció: “debido a la aparentemente innegable evidencia de que Lance Armstrong participó en el dopaje y engañó a Nike durante más de una década, con gran tristeza ponemos fin a nuestro contrato con él. Nike no perdona de ninguna manera el uso de drogas ilegales que mejoren el rendimiento”. El sábado renunció a la presidencia de Livestrong.
El triste desenlace a la historia de Lance Armstrong, cual fábula mitológica griega recuerda a la historia de Icaro quien por acercarse mucho al sol, por vivir muy fuerte, también cayó en desgracia.

Pedro Oller

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