Limitaciones de la energía firme del Sistema Eléctrico Nacional (bis)
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 22 mayo, 2017
Limitaciones de la energía firme del Sistema Eléctrico Nacional (bis)
El 12 de mayo pasado el Ing. Salvador López, director del Centro Nacional de Control de Energía (CENCE) del ICE, publicó un artículo en este medio comentando mi columna anterior, lo que me permite profundizar algunos aspectos de esa columna.
De la lectura del artículo del Ing. López se desprende que no hay que mejorar porque todo está muy bien, además de que lo que yo señalé en mi columna eran “supuestas limitaciones de la energía firme del Sistema Eléctrico Nacional”.
Sin embargo, mi columna señala claramente que la manifestación de que “la capacidad limitada de respaldo de los embalses limita el desarrollo de la energía solar y del viento” fue hecha por el Ing. Carlos Obregón, presidente ejecutivo del ICE, en el reciente VIII Congreso Nacional de Energía organizado por la Cámara de Industrias de Costa Rica. O sea, el ICE reconoce que existe un problema por solucionar y que esta es un área de mejora. Como todo en la vida, las cosas siempre se pueden mejorar.
Yo coincido con lo señalado por el Ing. Obregón y le creo más a él que al Ing. López, no solamente porque es el jerarca superior del ICE y el principal portavoz de la institución, sino que también posee un gran conocimiento del Sistema Eléctrico Nacional y cuenta con experiencia de varias décadas en el ICE.
Mi columna se refirió también a las evaluaciones de los expertos internacionales sobre los crecientes impactos negativos del cambio climático en la generación hidroeléctrica, incluyendo la energía firme de las plantas con embalses, la cual se va a ir deteriorando y limitando con el tiempo y va a ir aumentando su vulnerabilidad climática. Estos crecientes impactos del cambio climático, que se está acelerando, incluyen la amplificación de los eventos climáticos extremos, como el fenómeno El Niño.
Entre muchas otras cosas, los expertos internacionales han venido señalando lo siguiente:
• “Se espera que el cambio climático traiga menos precipitaciones y más sequías extremas a determinadas partes del mundo, causando escasez de electricidad en los países que dependen altamente de la hidroelectricidad”.
• “Los cambios en los patrones de lluvias y las sequías crónicas están disminuyendo los flujos de agua de los ríos y afectando los embalses, lo que lleva a una menor generación de energía en las plantas hidroeléctricas”.
• “El cambio climático alterará la producción mundial de energía hidroeléctrica. En las áreas donde la generación de energía hidroeléctrica disminuirá, debido a los impactos del cambio climático, naciones enteras pueden encontrarse sin una fuente confiable de electricidad”.
Otras manifestaciones de los expertos internacionales, como la siguiente, son aún más preocupantes: “en un mundo en el que el clima está cambiando, el valor de la energía hidroeléctrica se vuelve más incierto”.
Lo anterior adquiere mayor preocupación cuando constatamos que Costa Rica se encuentra en una de las zonas del mundo más vulnerables al cambio climático y que tiene una alta dependencia de la generación hidroeléctrica, la cual fue del 74,44% el año pasado.
En 2007 ocurrieron en el país severos apagones eléctricos debido, entre otros factores, a las adversas condiciones climáticas que se dieron en esa época, las cuales abatieron fuertemente la energía firme de las plantas hidroeléctricas con embalse, tal como lo indicó en ese momento el ICE: “el vocero (del ICE) explicó que el fenómeno de El Niño provocó sequías y una reducción en el caudal de las principales represas hidroeléctricas (Angostura, Arenal y Cachí)”.
El faltante de electricidad (firme y no firme) tuvo un enorme costo para la economía nacional, no solamente por los apagones, sino también por el elevado alquiler de las caras plantas térmicas de diésel que el ICE tuvo que traer del extranjero para solucionar temporalmente la situación y por las grandes cantidades del caro diésel importado que se utilizó en estas plantas durante meses. Entre otras, se reportó lo siguiente:
• “El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) anunció ayer el alquiler de un conjunto de plantas eléctricas estadounidenses para evitar apagones en el verano del próximo año”.
• “A la empresa Alstom Power Rentals Energy el ICE le arrendó 60 megavatios mediante un número similar de plantas portátiles. El Instituto planea aumentar este contrato en 30 megavatios”.
• “En tanto, a la firma Energy International INC se le encargó el suministro de 110 megavatios”.
Antes de que ocurrieran estos apagones, el CENCE no advirtió de posibles apagones y de las limitaciones y vulnerabilidades que existían en la energía firme y en las redes de transmisión del sistema. Tanto fue así que cuando se iniciaron los apagones el presidente ejecutivo y el gerente del Sector Eléctrico del ICE estaban fuera del país en reuniones relacionadas con el cumplimiento de sus funciones. El Gobierno de la República, la Aresep y los consumidores tampoco fueron advertidos.
En su artículo, el Ing. López considera también que, a pesar de su alto costo, no hay ningún problema económico y técnico en mantener las plantas térmicas actuales de energía firme que operan con los caros búnker y diésel importados. Manifiesta que “las características de estas plantas de respaldo son apropiadas para un sistema basado en generación hidroeléctrica”. Sin embargo, estas plantas térmicas tienen limitaciones económicas como consecuencia de su alto costo. Debido a lo anterior, el mismo ICE ha indicado públicamente “que comprará ‘toda la energía posible’ al Mercado Eléctrico Regional (MER)para reducir el uso de sus plantas térmicas más costosas e ineficientes, cuyo kilovatio-hora cuesta hoy más del doble que el importado”.
En el mundo ya casi no se usan el búnker y el diésel para generar electricidad porque son demasiado caros. En su lugar, los países competitivos energéticamente usan gas natural como una de sus principales fuentes de energía firme, preferentemente nacional, y no el búnker y diésel, porque es mucho más barato y ambientalmente superior.
El ICE tiene muy claro lo que es evidente en el mundo sobre el gas natural. Entre otras cosas, su Plan de Expansión de la Generación Eléctrica 2014-2035 señala lo siguiente:
• “La ventaja del gas natural es que provoca menos emisiones en comparación con los derivados del petróleo o el carbón, y que el costo operativo es muy atractivo”.
• “Una vez introducido (el gas natural), otros sectores, como el industrial y el de transporte, irán desarrollando… una demanda creciente”.
Las exploraciones y los estudios que se han realizado en el territorio nacional han demostrado que en varias zonas del país existe un importante potencial de gas natural.
Con respecto al potencial nacional de gas natural, el Colegio de Geólogos de Costa Rica ha señalado claramente que “Sí hay gas natural en Costa Rica” y está “demostrado que nuestro país tiene un considerable potencial para explotar petróleo y gas natural”, lo cual concuerda con los estudios realizados en el país por expertos y empresas internacionales.
Este colegio profesional ha afirmado también que “el país no se puede privar de la posibilidad de utilizar energía de bajo costo, con el beneficio adicional de importantes recursos fiscales para el Estado” y que “desde hace varios años, el Colegio de Geólogos de Costa Rica mantiene la posición de que las exploraciones realizadas en el pasado han demostrado que nuestro país tiene un considerable potencial para explotar petróleo y gas natural”.
El gas natural eventualmente producido en el país tendría adicionalmente muchos otros usos, además de proveer energía firme en el sistema eléctrico nacional.
Por ejemplo, sustituir una parte importante de las crecientes importaciones de los caros derivados de petróleo que usan todos los otros sectores de la economía nacional (industria, comercio, servicios, transporte, agroindustria, etc.). Estas importaciones petroleras representan las 2/3 partes de la energía que el país consume.
Además de generar grandes cantidades de divisas y de recursos fiscales sin aumentar los costos para fortalecer el desarrollo, la eventual producción de gas natural nacional permitiría también producir hidrógeno de bajo costo y numerosos productos no energéticos, como lo hacen muchos países del mundo. El gas natural es por mucho la principal fuente de hidrógeno en el mundo. Entre los productos no energéticos se encuentran los fertilizantes, los cuales serían de menor costo que los importados, lo que conllevaría a menores costos en la producción de alimentos. Todo esto potenciaría aún más el desarrollo económico y social.
Pero para que esto sea realidad, la política energética debe contemplar la reanudación de las actividades que conducirían eventualmente a una producción de gas natural en el territorio nacional, de conformidad con la Ley No.7399 y sus reglamentos, la cual fue casualmente promulgada para este fin.
Por supuesto, esta importante opción potencial adicional y complementaria del gas natural nacional, que no solamente es energética, sino también económica, social y fiscal, no se dará en el país si no se realizan las actividades necesarias para convertirla en realidad.
Los recursos energéticos que producimos actualmente en el país, muchos de ellos investigados y desarrollados por el ICE para generar electricidad, no estarían disponibles actualmente si no se hubieran realizado en el pasado las actividades necesarias de investigación y desarrollo.
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