Líder de Pussy Riot asistió a obras fúnebres de Borís Nemtsov
EFE | Martes 03 marzo, 2015 12:00 a. m.
Líder de Pussy Riot asistió a obras fúnebres de Borís Nemtsov
Miles de rusos dieron hoy el último adiós a Borís Nemtsov, el político opositor asesinado a escasos metros del Kremlin, cuya muerte ha profundizado aún más el aislamiento internacional de Rusia.
"Borís era un hombre libre", fue la frase más repetida por las personalidades y ciudadanos que asistieron a la multitudinaria capilla ardiente instalada en memoria del dirigente liberal ruso.
Acudieron a los actos fúnebres el ex primer ministro y dirigente opositor Mijaíl Kasiánov; Naína Yeltsina, viuda del primer presidente ruso, Borís Yeltsin, que fue el padrino político del asesinado, y Nadezhda Tolokónnikova, líder de Pussy Riot.
En representación del Gobierno ruso estuvieron presentes los viceprimeros ministros Serguéi Prijodko y Arkadi Dvorkóvich; mientras el presidente, Vladímir Putin, quien tachó de "traidores" a aquellos que, como Nemtsov, no defienden a la minoría rusoparlante del Este de Ucrania, envío una corona de flores.
Entre las personalidades extranjeras que viajaron a Moscú estuvieron el ex primer ministro británico John Major y el ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Linas Linkevicius.
El Museo Sájarov, uno de los tradicionales bastiones de la oposición rusa, fue lugar de peregrinación durante toda la mañana para los moscovitas que tuvieron que esperar en largas filas para rendir tributo al ex viceprimer ministro tiroteado el pasado viernes.
Desde la céntrica estación de metro Kúrskaya hasta el lugar de las exequias, los asistentes debían recorrer entre estrictas medidas de seguridad varios centenares de metros antes de velar el cadáver de Nemtsov.
En opinión de Ígor, un retirado coronel del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), el asesinado político "era uno de los hombres más honestos de Rusia".
"Espero que su asesinato abra los ojos de la gente sobre lo que está ocurriendo en nuestro país", dijo.
El féretro, junto al que yacía una montaña de flores, fue custodiado por los familiares del opositor, colegas de la oposición extraparlamentaria y políticos venidos de diversos países.
"Mi padre está en el paraíso", dijo Antón, hijo del opositor, poco antes del cierre de la capilla ardiente.
Los correligionarios de Nemtsov acusan al Kremlin no de apretar el gatillo ni de encargar el asesinato, pero si de crear el caldo de cultivo para el crimen al plantar la "semilla del odio" contra los que critican la anexión de Crimea y se oponen a la injerencia en Ucrania.
Las autoridades rusas han prometido que encontrarán a los asesinos, pero han advertido contra cualquier intento de aprovechar este crimen con fines políticos, es decir, para lanzar nuevas diatribas contra el Kremlin.
El Comité de Instrucción no informó hoy de ningún avance en sus pesquisas y reiteró que aún baraja varias versiones, entre las que figura el conflicto ucraniano, ya que "no es un secreto que entre ambos bandos hay figuras bastantes radicales que no se subordinan a ningún poder", dijo Vladímir Markin, portavoz.
"El asesinato pudo ser una provocación para la desestabilización de la situación en el país. También se estudia la pista islámico-extremista", agregó el funcionario, quien tampoco descartó las actividades económicas de Nemtsov u otros motivos personales.
EFE