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Lecciones cívicas de los despidos en el PAC

Silvia Castro [email protected] | Lunes 10 agosto, 2015


Las personas volátiles nos defraudan, porque sus mensajes no nos permiten predecir con certidumbre cuáles serán sus acciones en el futuro
 

Lecciones cívicas de los despidos en el PAC


¿Cuál es la lección cívica que aprende la juventud costarricense cuando el Gobierno contrata a dirigentes jóvenes en cargos de alta responsabilidad en respuesta a compromisos electorales, para que luego el Presidente anuncie que los va a remover, por errores lógicamente atribuibles a su falta de conocimiento e inexperiencia, con el objetivo de garantizar la confianza popular en el partido?
¿Qué les explico a mis alumnos sobre la naturaleza ética y política de las órdenes de despido que se giraron ?solo al personal de confianza y no a todos los involucrados? a pesar de no habérseles comprobado falta alguna a través de un debido proceso?
¿Qué enseñanza extraen del hecho de que el jefe del partido oficialista en la Asamblea Legislativa contradiga al Presidente de la República en público, anunciando que los muchachos no se separarán y que ahora uno de ellos sea contratado por el diputado oficialista Víctor Morales Zapata?
Hablaré sobre la importancia de que los partidos políticos, al igual que las personas, sean consecuentes, fieles a sus principios y dispuestos a llevar a la práctica lo que dicen y creen, a lo largo del tiempo, indistintamente de su audiencia.
No es difícil entender las razones por las cuales la ciudadanía no puede fiarse de los políticos, puesto que solo podemos confiar en las personas y grupos que son consistentes. Las personas volátiles nos defraudan, porque sus mensajes no nos permiten predecir con certidumbre cuáles serán sus acciones en el futuro.
Haré hincapié sobre la importancia del liderazgo en la función pública. Los líderes piensan cuidadosamente antes de hablar, escogen sus batallas sabiamente y miden las situaciones antes de decidir cómo y cuándo reaccionar. Mantienen buenas relaciones interpersonales, son justos y tienen buen criterio con respecto a cuándo mostrarse firmes con sus posturas.
Son observadores perceptivos y están en capacidad de interpretar conductas y motivaciones propias y las de otros, en contextos sociales. Saben buscar apoyo, negociar y gestionar el conflicto.
Pero ante todo, poseen altos niveles de integridad, autenticidad y sinceridad. Son honestos y abiertos, por lo que generan confianza en otros. En ausencia de un liderazgo efectivo, prevalece la incertidumbre y el desengaño en la ciudadanía.
Este bochornoso episodio además servirá para hablar de politiquería, y así diferenciarla de la política. Si la política tiene como fin el servicio a la patria, la politiquería busca el aprovechamiento egoísta de la posición pública.
Los politiqueros no tienen agenda ni ideales. Predomina la improvisación, el oportunismo, las intrigas y la bajeza. La culpa de que las personas respetables le huyan al escenario público la tienen los politiqueros, que sin brújula ni bandera, dedican su tiempo a maquinar cómo enriquecerse y satisfacer sus vanidades.
El clientelismo y la utilización de recursos públicos para beneficiar a un partido son prácticas vergonzosas, pero igualmente lo son el mal ejemplo y la traición de los políticos hacia los jóvenes que los llevaron al poder.

Silvia Castro

Rectora de Ulacit

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