Lecciones aprendidas sobre la transición energética en el mundo: el caso de Alemania (II)
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 12 diciembre, 2022
Todo lo analizado en la columna anterior y en ésta muestra cómo el diseño y la implementación de la transición energética en Alemania llevó al país a una encrucijada, a un punto de inflexión y a serias dificultades económicas, sociales y de seguridad nacional.
La transición energética es un proceso difícil y muy complejo en el cual pueden surgir una gran cantidad de eventos imprevistos. Por lo tanto, durante las décadas que durará el cambio progresivo de la matriz energética, ésta deberá contener en todo momento un balance adecuado entre todos los factores críticos de éxito (competitividad energética, seguridad energética, reducción progresiva de las emisiones al ambiente, diversificación y abundancia energética, etc.).
Durante todo este largo período, se debe evitar que los cambios que se vayan realizando progresivamente en la matriz energética (el “energy mix”) no introduzcan riesgos de cierta magnitud que puedan provocar, entre otras cosas, cambios abruptos en los precios de la energía y desabastecimientos en el suministro energético que impacten negativamente el sistema económico y social del país.
De lo contrario, ocurrirán serios problemas como los que han ocurrido en Alemania.
1. Resumen de la situación actual en Alemania
Los problemas de la transición energética que se ha venido llevando a cabo en Alemania, y que han sido reportadas en amplia cantidad de estudios, han surgido por el desbalance que se dio entre las diversas prioridades de los factores críticos de éxito que debe tener una transición energética (riesgos de cambios abruptos en los precios de la energía y de desabastecimiento, entre otros).
Lo siguiente resume una parte de la problemática que se está dando actualmente en Alemania:
• El gobierno, las empresas y los hogares están luchando para hacer frente a los precios vertiginosos, lo cual está avivando los temores de daños irreparables a las preciadas industrias del país, las dificultades económicas para sus ciudadanos y el malestar social.
• Alemania se está preparando para un invierno duro, ya que los altos precios de la energía amenazan con dejar cicatrices permanentes en su sector manufacturero, un motor clave de su economía.
• Los alemanes creen que el corazón de su gigantesca economía está en juego.
• La crisis energética está creando una contracción económica mientras que al mismo tiempo los precios de la energía siguen siendo increíblemente altos.
• La industria manufacturera de Alemania está preocupada de que algunas de sus empresas no superen esta crisis energética. Muchas de ellas están recortando la producción, mientras que otras están despidiendo personal y reubicando partes de sus operaciones en el extranjero para hacer frente a la situación.
• Los costos de la energía continúan impulsando la inflación de los precios al consumidor.
• Se están dando muchas preocupaciones sobre el efecto de la crisis energética en el empleo.
• La asociación de la industria automotriz de Alemania ve al país como un lugar poco competitivo debido a los altos precios de la energía y al suministro energético inseguro.
• Se ha dado un retroceso en la transición energética ya que, para enfrentar esta crisis, se está recurriendo a fuentes de energía muy sucias que estaban siendo eliminadas progresivamente de la matriz energética nacional, como el carbón y el lignito.
• Ante la crítica situación, muchos hogares están usando leña y carbón para calefacción, algo inaudito en Alemania. Una de las serias contrariedades que esto acarrea es que al quemar leña y carbón se emiten partículas muy finas de polvo al aire, lo cual crea importantes problemas de salud, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Pero como lo reporta Euronews, muchos alemanes indican que "aunque sea malo para la salud, es mejor que pasar frío".
2. La alta dependencia energética del exterior: el Talón de Aquiles de Alemania
En un mundo energético tan convulso y de evolución futura sujeta a tantos riesgos y eventos imprevistos, la alta dependencia del exterior es el Talón de Aquiles del sistema energético actual de Alemania.
Más del 90% del gas natural y del petróleo es importado y el 100% de las barras de combustible nuclear para las plantas nucleares son también importadas. El carbón mineral es importado ya que se dejó de producir en el país. El lignito (un tipo de combustible sólido precursor de carbón), el cual se usa en las plantas de generación eléctrica de carbón, sí es una fuente de energía totalmente doméstica, pero es el combustible más sucio de todos. El lignito es un tipo de carbón mineral de color negro o pardo cuya formación proviene de la compresión de la turba.
Las energías renovables de Alemania, como de cualquier otro país, pueden considerarse como una fuente de energía nacional en el momento en que las plantas de generación eléctrica entran en operación, pero la mayor parte de los equipos no son producidos en el país, por lo que son importados, lo cual ocurre también con la energía eólica.
Entre las renovables, las energías solar y eólica son las que más están creciendo en Alemania (y en el mundo).
En materia solar, es muy probable que Alemania mantenga su alta dependencia de las importaciones para la expansión de la capacidad solar fotovoltaica, donde China es el mayor proveedor de instalaciones y equipos solares fotovoltaicos.
Un artículo reciente titulado “German energy supply at a historical turning point”, elaborado por el Deutsche Bank, señala lo siguiente:
Rusia ha sido por mucho la fuente más importante de las importaciones energéticas alemanas. Alemania importaba de Rusia más del 50 % de su gas natural, aproximadamente un tercio de su petróleo (2021) y el 57 % de su carbón (2021). La guerra de Rusia contra Ucrania ha dado lugar a un punto de inflexión histórico en el suministro energético alemán. Alemania tiene como objetivo reducir su dependencia de las importaciones de energía de Rusia lo más rápido posible.
La expansión de la infraestructura de GNL (Gas Natural Licuado) en Alemania conducirá a una diversificación del suministro y fortalecerá las importaciones de gas natural de otros países. Este proceso llevará tiempo, por supuesto, pero el GNL se volverá más relevante.
Los países con reservas abundantes de gas natural invertirán más en infraestructura de exportación de GNL, ya que el gas natural puede sustituir al carbón en el sector eléctrico; reducir el consumo de carbón es un objetivo político en muchos países. Australia, Qatar y EE.UU. son actualmente los mayores productores y exportadores de GNL. A escala global, es probable que la demanda de GNL crezca más rápido que la oferta.
Por lo tanto, el GNL seguirá siendo más caro que el gas natural suministrado en estado gaseoso por gasoducto.
Si Europa puede reducir sus importaciones de gas natural de Rusia en los próximos años, Rusia también podría aumentar sus exportaciones de GNL (al construir plantas in industriales para convertir el gas natural de su estado gaseoso a un estado líquido). China podría convertirse en un cliente importante. Las importaciones de GNL de China aumentaron en más del 600% entre 2010 y 2020 y seguirán aumentando.
El gas natural va cerrar la brecha energética hasta que las energías renovables puedan soportar la mayor parte del suministro de energía en Alemania. Este puente energético podría ser más largo de lo que muchos observadores esperan actualmente. Pasarán décadas hasta que las energías renovables y los combustibles sintéticos basados en energías renovables se hayan apoderado por completo de todos los sectores de la economía.
Si Alemania quiere reducir las importaciones de gas natural de Rusia, debe construir una poderosa infraestructura de GNL junto con socios europeos y proveedores globales confiables. Idealmente, esta infraestructura estaría diseñada para que pueda usarse para el hidrógeno en el futuro.
La crisis energética actual demuestra que no se debe tomar a la ligera la seguridad energética. Una era duradera de escasez de energía sería nefasta tanto económica como socialmente.
La infraestructura de GNL (Gas Natural Licuado) forma parte de la transición energética, pero debe entenderse que no sustituirá la expansión de las energías renovables, el avance tecnológico en eficiencia energética, las tecnologías de almacenamiento, los sistemas de movilidad bajos en carbono y otros campos de actuación.
3. Principales propuestas en Alemania para redireccionar la transición energética que se venía llevando a cabo
Como parte de las soluciones a la crisis en el corto, mediano y largo plazo, Alemania planea lo siguiente:
• Fortalecer el crecimiento de su abastecimiento de energías renovables (donde la solar y la eólica tienen una gran relevancia), según el desarrollo progresivo de una demanda más enfocada en el consumo de energías renovables que pueda absorber el crecimiento de la oferta energética que se busca realizar con las renovables.
• Invertir fuertemente en la infraestructura de GNL (Gas Natural Licuado) para diversificar el suministro de gas natural importado con fuentes de abastecimiento más seguras.
• Explorar más áreas potenciales de gas natural y petróleo en las zonas nacionales en el Mar del Norte, ya que la producción en el país de estas dos fuentes de energía en los yacimientos existentes ha venido disminuyendo.
• Fortalecer aún más las acciones de ahorro y uso eficiente de energía en toda la economía.
El énfasis en las energías solar y eólica y en el gas natural va en línea con las tendencias mundiales. Como bien lo señalaba BP en su Global Energy Outlook de hace un tiempo:
“En el escenario ET (Evolving Transition), las energías renovables y el gas natural representan casi el 85% del crecimiento de la energía primaria”.
Desde el punto de vista de las fuentes de energía cuyo crecimiento se impulsaría con mayor vigor (solar, eólica y gas natural) no hay mucho cambio.
El cambio fundamental en el nuevo enfoque de Alemania para la transición energética ha sido variar las fuentes de suministro para reducir los altos riesgos que se asumieron como parte de la transición energética.
4. Comentarios sobre algunas de las acciones que se están tomando en Alemania para redireccionar la transición energética
El redireccionamiento de un sistema de abastecimiento energético es muy complejo, intensivo en capital y tiempo (décadas) y muchos de los factores están sujetos a muchos factores externos fuera del control parcial o total de un país (como los adelantos tecnológicos y la disponibilidad oportuna de las diversas fuentes de energía, entre otros factores).
Con respecto a la temática de la disponibilidad oportuna de las diversas fuentes de energía, la opción de Alemania de fortalecer las importaciones de gas natural en estado líquido (GNL) es muy importante para darle seguridad energética al país, pero esta opción es más cara que la producción nacional y la importación gas natural por gasoducto en estado gaseoso (como lo hacía Alemania con Rusia y lo hace todavía con Noruega).
La oferta de GNL en el mundo tiene restricciones de suministro debido a los cuellos de botella que existen en la limitada capacidad de las plantas industriales de su producción en el mundo con respecto a la demanda mundial.
La búsqueda urgente de proveedores de GNL (Gas Natural Licuado, en estado líquido) de Alemania de suministro por vía marítima no va a ser algo fácil en este momento para llenar todas sus necesidades, debido a que la oferta es inferior a la alta y creciente demanda mundial de gas natural.
Muchos proveedores importantes ya han comprometido toda su producción por varios años también, tal como lo relata un reciente artículo publicado por World Energy Trade y titulado “Japón: el suministro mundial de GNL está agotado por los próximos 3 años”:
• Según Japón, los contratos a largo plazo para el envío de gas natural licuado (GNL) están agotados hasta el 2026. La escasez de este combustible se debe a la falta de inversión en proyectos de exportación de GNL.
• Japón, el principal importador de gas natural licuado, ha declarado que los suministros de GNL están agotados para los próximos tres años, lo que prepara el terreno para una batalla campal entre los diversos países que luchan por asegurar las entregas en medio de una escasez mundial.
• No hay contratos a largo plazo disponibles para los envíos de GNL antes del 2026, según indicaron las empresas japonesas al Ministerio de Comercio del país.
• El entorno de adquisición de GNL ha cambiado por completo. También puede decirse que el aprovisionamiento está en estado de guerra.
• La disminución de la oferta de gas natural en todo el mundo ha hecho que los países se apresuren a conseguir cargamentos de este combustible clave. La escasez se debe a la falta de inversión en proyectos de exportación de GNL, según el Ministerio de Comercio de Japón.
• Al mismo tiempo, los compradores europeos están dispuestos a aumentar sus importaciones de GNL a partir del año que viene, después de que Moscú cortara los flujos de gas por gasoducto hacia el continente como represalia a las sanciones occidentales. Ya han entrado en "enorme competencia" con los compradores asiáticos por las exportaciones de Qatar para sustituir los suministros rusos.
• "Es probable que la 'competencia del GNL' a nivel mundial se intensifique aún más", dijo el ministerio. Japón es el primer importador mundial de GNL, pero China está a punto de superarlo, según la AIE (Agencia Internacional de Energía).
Alemania deberá competir fuertemente con otras grandes potencias para asegurar su abastecimiento de gas natural importado. Una de estas potencias es China.
A pesar de ser el cuarto productor de gas natural del mundo, China está por convertirse en el principal importador de GNL en el mundo, debido a que la producción nacional no cubre toda su demanda interna.
El poder de compra de China (económico, comercial, geopolítico, etc.) es muy grande y ha venido asegurando su abastecimiento de gas natural en el corto, mediano y largo plazo.
Un artículo titulado “China Seals One of the Biggest LNG (Liquefied Natural Gas) Deals Ever With Qatar”, publicado recientemente por Bloomberg, señaló lo siguiente:
• China firmó un acuerdo histórico de $60 mil millones para la compra de gas natural licuado de Qatar, ya que la segunda economía más grande del mundo busca reforzar su seguridad energética durante décadas.
Otro artículo titulado “Qatar and China Make History With 27-Year LNG Supply Deal”, publicado por OilPrice.com, señaló lo siguiente:
• La empresa estatal de Qatar, Qatar Energy, firmó el contrato a más largo plazo en la historia de la industria del GNL en un acuerdo para suministrar GNL durante 27 años al gigante energético estatal chino Sinopec.
5. Conclusiones
En lugar de crear abundancia, seguridad, competitividad y diversificación, la transición energética en Alemania creó un importante desequilibrio entre la oferta energética y la creciente demanda de energía al no mantener un equilibrio apropiado entre los factores críticos de éxito y al aumentar los riesgos de desabastecimiento.
Como consecuencia de este desequilibrio entre los factores críticos de éxito, se puso en alto riesgo de catástrofe la seguridad de abastecimiento y la competitividad energética del país, la cual ocurrió cuando se conjuraron varios elementos en el entorno nacional, regional y mundial.
Como lo he analizado en detalle en varias columnas anteriores, la transición energética es un proceso muy vasto y muy complejo que, al implementarse durante décadas, está sujeto a grandes y muy variados eventos imprevistos.
Mucha gente cree que la transición energética es un proceso simple y bien lubricado que va a permitir pasar fácilmente de la realidad actual a otra sin problemas, pero la evidencia en el mundo muestra que eso está muy lejos de ser así.
En el largo período en que este vasto cambio fundamental se va a llevar a cabo (décadas) pueden surgir muchos eventos impredecibles que cambian las premisas iniciales.
Por lo tanto, el diseño y la implementación de una transición energética deben hacerse con altos grados de robustez energética para poder enfrentar eventos impredecibles que son susceptibles de impactar el abastecimiento energético nacional.
Es algo similar a lo que se da con el diseño y construcción de estructuras (edificios, puentes, etc.), lo cual se hace de tal manera que éstas sean robustas y que puedan soportar eventos sísmicos importantes e impredecibles.
A pesar del enorme esfuerzo que Alemania venía realizando para aumentar la participación de las energías renovables y de la amplia disponibilidad de recursos financieros para desarrollar este vasto proyecto, este país se volvió altamente dependiente de Rusia para su creciente abastecimiento energético.
Esta situación puso al país en una ruta de alto riesgo de desabastecimiento energético (que afecta además la seguridad nacional) y de pérdida de competitividad energética que está afectando severamente su desarrollo económico y social.
Al hacerse altamente dependiente de Rusia para su abastecimiento de gas natural y de petróleo, y con la importante reducción forzosa en los suministros de ambos combustibles rusos a Europa provocados por la invasión de Rusia a Ucrania, la evidencia muestra de manera contundente que Alemania se encuentra ahora en una crítica situación económica y social y de seguridad nacional.
La Energiewende (la transición energética alemana) provocó que los costos de la energía subieran drásticamente porque no se estaba dando un balance adecuado entre los factores críticos de éxito, como la energía asequible y competitiva internacionalmente y la seguridad energética contenida en su matriz energética.
Entre muchas otras cosas, en lugar de reducir los riesgos de desabastecimiento energético y de cambios abruptos en los precios de la energía, la transición energética más bien los aumentó.
En lugar de crear abundancia energética segura (tanto renovable como no renovable) y diversificación de sus fuentes de energía, se creó una alta dependencia del exterior y una escasez energética.
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