Las mariposas del cuartel
Carmen Juncos [email protected] | Jueves 29 enero, 2015
Las mariposas del cuartel
Se alimentan de jugos fermentados. Se embriagan. Son “voladas”. El diccionario de la Real Academia las define como “insectos lepidópteros”. Se trata de las mariposas, no cualesquiera, sino las del Cuartel Bellavista, hoy Museo Nacional.
Se confabulan con la luna de miel de una pareja escandinava, los turistas y la mirada sigilosa de la prensa; se aparean bajo las azules alas “encandilantes”.
Las balas de la revolución de los años 40 no las alejan, como lo hicieron con Gabelo Ortiz, militar de esos años, al lado del caudillo Figueres: “ahí no me acerco…estoy traumado”, dijo antes de morir y antes de ver sus declaraciones en tinta en la prensa nacional.
Pero las mariposas no conocen de guerras ni revoluciones. “Un jardín que atrae a las mariposas es un aula al aire libre para que las nuevas generaciones crezcan conociendo la naturaleza. El uso de estas plantas en jardinería constituye un aporte a la conservación de la diversidad de las mariposas y a otras especies asociadas a ellas”. …Y a la humanidad, dicen los biólogos Armando Soto y Germán Vega del mariposario del Museo Nacional.
Comienzan con un huevo puesto en hojas tiernas, como la madre pondría a su hijo en lugar seguro, igual que las tortugas. Entonces sale la larva, el gusano, que muchos matamos ignorantemente, porque es el “diablo” que se nos come el jardín.
Luego se convierte en crisálida. Una especie de caracol. De repente, aparecen los recién casados suecos. Están de “lcuna de miel”.
Son Charles y Karla Horndahl, catalogan este espacio como un “paraíso del cielo”.
Se paraliza la entrevista a los enamorados. Recién nace una mariposa. Sale de su crisálida, e inmediatamente se posa un macho sobre ella. Se aparean bajo el amor de los suecos, cubiertos por alas luminosas que confunden al enemigo: el pájaro devorador.
El aparamiento da nacimiento, vida a otro ser, que no durará más de tres meses, pero su colorido vuelo nos llevará al cielo.
Sus escamas multicolores nos recuerdan la belleza de la naturaleza. Los Horndahl, quienes nos han seguido en toda esta aventura nos dicen: “he aprendido más escuchándolos…en Suecia no tenemos esta diversidad de mariposas…ustedes son suertudos”.
Los suecos volaron más de 10 mil km para ver este “paraíso”. El señor Ortiz lo ve desde el cielo. Nosotros, podemos admirarlo y apreciarlo en vivo hoy. Valoremos nuestra biología, sin el temor que le ocasionó al señor Ortiz la Revolución del 48, y sin tener que pagar un pasaje de avión de 10 mil km de distancia.
Las mariposas juegan un rol principal en la polinización, sin la cual la especie estaría en peligro.
La mariposa recién nacida es abandonada por el macho con que se apareó. Se separa, y sube a las nubes dejando una estela de escamas multicolores sobre el aire. Es la vida.
Carmen Juncos Ricardo Sossa |
Editores jefes de Candilejas
Fuentes: Grettel Meneses (educadora del Museo Nacional). Armando Soto y German Vargas. “Plantas con flores que atraen mariposas”.
Fotos: Shutterstock / La República y Cortesía