Las irresponsabilidades del gobierno
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 05 octubre, 2020
El presidente Alvarado dijo que es irresponsable decir no a más impuestos. Vaya ironía, porque si de irresponsabilidades hablamos, la lista de esta administración es bastante amplia y lastimosamente no para de crecer. El gobierno del gasto no hace nada para socarse la faja ni quiere escuchar las propuestas que muchísimos sectores, entre ellos Nueva República, hemos indicado para salir de la crisis.
Las insensateces del PAC tienen historia. En octubre del 2014, el entonces presidente Solís dijo en cadena de televisión que “el déficit fiscal no es lo más importante ni el único problema”, y criticó a los diputados que, “de manera irresponsable”, trataban entonces de controlar el gasto. No lo lograron: entre el 2014 y el año siguiente, el mandatario no solo lo incrementó en casi ¢1 billón sino que además creo un enorme hueco fiscal es una de las causas de la crisis actual.
Ahora que sí reconocen que el déficit es un problema, solo piensan en ponerle un parche cortoplacista al problema, que el pueblo pague por los platos que rompió el gobierno aumentando la carga tributaria. El presidente Alvarado ni siquiera puede defender los tributos, confunde irresponsablemente papas con chayotes; dijo por ejemplo que el aumento al impuesto de los bienes inmuebles es una recomendación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), nada más lejos de la realidad.
Solo en ese punto en particular, las incongruencias de Alvarado dejan dos enormes preocupaciones. O tiene un desconocimiento total de cómo funciona esa organización, de la que Costa Rica formará parte, y nunca ha leído el resumen de las cargas impositivas de las naciones que lo integran, o su frase es un nuevo intento para lavarse las manos, y echarle la culpa a otros.
Otras grandes irresponsabilidades de esta administración son su negativa de reestructurar la deuda, que significaría un ahorro proyectado de $1.600 millones, mejoraría el flujo de caja para invertir y llevaría bienestar a una empobrecida población; el remedo de reforma al empleo público que presentó y su renuencia a implementar de verdad un sistema único de compras públicas.
La Contraloría General de la República reveló que integrar la administración pública mediante herramientas digitales, con objetivos comunes e instituciones conectadas, le generaría al país un ahorro cercano al 9% del PIB para el 2023. Nueva República ha insistido en este tema, pero a la administración Alvarado le cuesta moverse en esa dirección, porque sectores claves como el de transporte o municipalidades no tienen avance alguno en la Estrategia Nacional de Transformación Digital, que justamente buscan integrar digitalmente al gobierno central. Educación tiene apenas un triste 40% de progreso.
De manera insensata, el Ejecutivo desperdició su oportunidad de proponer leyes transformadoras a la Asamblea Legislativa en este período extraordinario donde es el gobierno quien lleva la voz cantante. Temas críticos siguen sin respuesta, como el hecho de que para el presupuesto del próximo año, 150 destinos específicos consumirán ¢9 de cada ¢10 que los costarricenses pagaremos en impuestos.
Para revertir esa situación, es necesaria una reforma estructural; en ese sentido, son urgentes otras reformas del Estado, como la fusión de instituciones que duplican funciones y sobre las cuales Nueva República ha expuesto con amplitud.
Esta columna de opinión no alcanzaría para resumir todas las irresponsabilidades de quien se autoproclama heredero de Juanito Mora y José María Cañas, el nuevo héroe nacional que sigue los pasos de su maestro Solís, quien aseguró realizar “actos heroicos” para salvar la economía del país. Espero que esto sirva para evidenciar que Alvarado, su equipo y sus aliados no son dignos de confianza, no les importa Costa Rica, que sus imprudencias nos están llevando al abismo y que los impuestos no son el camino.
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República.