Las cifras fiscales son alentadoras, pero evidencian deterioro
Anelena Sabater [email protected] | Viernes 24 mayo, 2024
El pasado 14 de mayo el Ministerio de Hacienda publicó las cifras fiscales al primer trimestre del año. Por cuarto año consecutivo el país tiene un superávit en el balance primario, es decir la diferencia entre los ingresos y los gastos del gobierno (sin considerar el gasto por intereses) es positivo.
Y es que la reforma fiscal del 2018, con la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, permitió realizar un importante cambio estructural en las finanzas públicas (nuevos ingresos, límites al gasto y la eliminación del carácter explosivo de la partida de remuneraciones), no obstante, en los últimos meses se ha visto como la tendencia a la consolidación fiscal muestra algún grado de deterioro.
Un análisis más minucioso de las cifras fiscales nos da algunas “banderas rojas”, veamos cuáles.
A marzo de este año el balance primario fue de 0,7% del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual cabe destacar que permitió cumplir con la meta de desempeño establecida en el acuerdo de Servicio Ampliado del Fondo (SAF) con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, se evidencia una desmejora del balance primario por ¢114.645 millones si se compara con 2023, cuando el balance primario fue de 1.0%.
Lo anterior se explica, esencialmente, por un deterioro en los ingresos por ¢72.713 millones y un incremento del gasto primario por ¢41.932 millones. Particularmente destacable el decrecimiento de los ingresos tributarios de 5,1% con respecto a marzo del 2023 y buena parte de ello explicado por la caída en los ingresos del impuesto a las utilidades (renta).
Por otro lado, el déficit financiero cerró en un -0,7% del PIB a marzo de 2024 y este rubro también presenta una desmejora, en este caso de ¢96.154 millones. Esto se explica, en parte, porque el pago de intereses que paga el Gobierno por los créditos que mantiene vigentes continúa representando una carga importante.
A lo expuesto anteriormente y al reto que supone la consolidación fiscal se le suma un desafío con matices sociales: mantener el balance entre lograr la sostenibilidad de las finanzas públicas, pero sin que ello implique recortes en inversión social y en áreas cruciales que permitan al país avanzar en materia de desarrollo humano. De hecho, de esto ya advirtió el Estado de la Nación en su último informe.
Finalmente, resulta intuitivo suponer que un sólido ritmo de crecimiento de la economía, sobre todo del régimen definitivo, es una fuente importante del dinamismo de la recaudación tributaria. Subrayo: especial importancia para la recaudación tributaria tiene el crecimiento del régimen definitivo. Recordemos que, las zonas francas (el régimen comercial especial) tienen exoneraciones en impuestos (renta, valor agregado, entre otros).