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La reforma financiera de Obama

Juan Manuel Villasuso [email protected] | Martes 27 julio, 2010



Dialéctica
La reforma financiera de Obama


Después de varios meses de debate, el presidente Obama ha logrado la aprobación de una reforma legislativa, considerada como la más importante desde la Gran Depresión, con el fin de endurecer las regulaciones a los bancos y a toda la industria financiera.
“Esta reforma representa la mayor protección de la historia a los consumidores de productos financieros y evitará que los ciudadanos tengan que pagar la cuenta por los errores de Wall Street”, dijo el Presidente durante la ceremonia en la que suscribió la ley.
El máximo jerarca de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, calificó la nueva normativa como un “paso de gran alcance para evitar una repetición de la reciente crisis financiera”; y el senador demócrata Christopher Dodd enfatizó que “su propósito es proteger a los ciudadanos, no a los grandes bancos, no a los prestamistas, no a las firmas de inversión”.
La nueva legislación aborda cinco ámbitos: la regulación de las empresas financieras, la reglamentación de los mercados, la protección de los consumidores e inversionistas, los nuevos instrumentos de intervención gubernamental, y la dimensión internacional. Algunos de los aspectos más relevantes son los siguientes.
Protección a los consumidores. Se crea una Oficina de Protección al Consumidor Financiero que evitará la venta abusiva de hipotecas, tarjetas de crédito y otros productos crediticios.
Obtención de información. Permite a la Fed obtener datos de todas las empresas financieras de Estados Unidos que cumplan con ciertos umbrales de tamaño mínimo y le otorga la supervisión sobre las empresas matrices y filiales, incluidas las no reguladas y las establecidas en el extranjero.
Derivados financieros. Quienes comercian estos productos se verán forzados a realizar las transacciones a través de cámaras de compensación (clearing house) a fin de reducir el riesgo y brindar mayor transparencia.
Intervención de instituciones. El gobierno podrá intervenir a las grandes instituciones del sector si estas enfrentan la amenaza de la bancarrota y suponen un riesgo para el sistema financiero en general.
Identificación de empresas. El Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera, presidido por el Secretario del Tesoro, identificará regularmente a las empresas que se encuentran en situación vulnerable y hará un monitoreo de los mercados en busca de burbujas.
Estándares más rígidos. Las empresas que de manera periódica aparezcan como vulnerables tendrán que asumir estándares más estrictos en cuanto a capital, apalancamiento y liquidez. Además, estarán obligadas a redactar un “testamento” para describir la forma en que se llevaría a cabo la disolución en caso de bancarrota.
Fuera del casino. Los bancos que reciban depósitos del público no podrán hacer operaciones especulativas por cuenta propia y solo podrán ser propietarios de una pequeña parte de los fondos de cobertura y de firmas de capital privado.
Desde luego, las reacciones ante esta legislación han sido diversas, dependiendo de las concepciones e intereses involucrados. El presidente de la Asociación de Banqueros de Estados Unidos, Edward Yingling, dijo que “constituye un tsunami de nuevas restricciones para los bancos tradicionales que no tienen nada que ver con las causas de la crisis financiera”, mientras que Robert Reich, secretario de Trabajo en la Administración Clinton, la consideró insuficiente “porque no hace nada para reducir el poder económico y político de los gigantes financieros”.

Juan Manuel Villasuso

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