La magia de Apple se desvanece
| Miércoles 18 septiembre, 2013
La magia de Apple se desvanece
La presentación de dos nuevos iPhone no cumplió con las expectativas; hay dudas sobre la estrategia
Arte David Barboza/La República
Desde que Steve Jobs renovara Apple tras su regreso en 1997, ninguna presentación de esa compañía pasó inadvertida. Los fanáticos de la marca esperan ansiosos las noticias, los detractores también esperan (aunque para criticarlos), y los medios de comunicación ocupan toneladas de papel y largos minutos de radio y televisión en describir los nuevos productos. Esta columna es una muestra de ello.Pero como Apple siga así, decepcionando a propios y extraños, es probable que muy pronto sus presentaciones dejen de llamar la atención y se transformen en una más, dentro del vasto mundo de la tecnología digital.
Y es que hace tiempo que los anuncios de esta compañía están muy por debajo de las expectativas que generan. Decepcionó el iPhone 4S (el primero presentado tras la muerte de Jobs), así como los siguientes modelos de iPhone y iPad. Y no es que decepcionaran los productos en sí mismos, sino que las innovaciones no estuvieron a la altura de las que había implementado la compañía en la era Jobs.
La semana pasada Apple volvió a convocar a la prensa para anunciar nuevos productos. Todos especulaban acerca del lanzamiento del iWatch, el reloj inteligente de Apple, o algún otro conejo que saliera de galera. Pero no: Apple se despachó con un iPhone 5 barato (¿barato?), otro iPhone 5 renovado, y un nuevo sistema operativo: el iOS7. Nada que justifique pasarse más de cinco minutos en la puerta de un negocio, como los fans de Apple nos tienen acostumbrados.
El iPhone 5C (el ¿barato?) busca competir con los celulares de precio económico con Android (hay de diversas marcas). También busca neutralizar al Windows Phone, que viene creciendo.
Con carcasa de plástico de colores y ninguna novedad relevante en hardware, sale a la venta desde $99, con contrato a dos años en Estados Unidos.
¿Pero es esto realmente barato? Puede ser, siempre que uno viva en Estados Unidos y pueda solventar un plan a dos años.
Por Ricardo Braginski
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Desde Buenos Aires, Argentina