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COLUMNISTAS


La transición energética tiene que ver con el desarrollo y la diversificación de la matriz energética como un todo

Roberto Dobles [email protected] | Lunes 19 julio, 2021


La matriz energética de un país es el mix o portafolio de las diferentes fuentes de energía que se usan para satisfacer su demanda energética.

A menudo se escucha en Costa Rica que la transición energética tiene que ver con el impulso de alguna fuente de energía particular y que con esta fuente no solamente se resuelve el problema de los altos costos de la energía, sino que se resuelve la transición energética.

La evidencia en el mundo está demostrando lo contrario. La transición energética y la reducción de los costos de la energía tienen que ver en gran medida con el desarrollo y la diversificación de la matriz energética como un todo, no con una fuente de energía en particular, además del modelo energético (que incluye a los proveedores de energía).

Esto lo he venido señalando en mis columnas anteriores. También he venido indicando que la matriz energética de los países y del mundo evoluciona impulsada por los constantes adelantos tecnológicos, lo cual provoca cambios pequeños, medianos y grandes a través del tiempo según el impacto inherente a las nuevas tecnologías que van emergiendo.

A diferencia de las transiciones energéticas del pasado, que se forjaron con el surgimiento de una fuente de energía dominante, la transición que está surgiendo en el Siglo XXI es hacia una matriz energética mundial mucho más diversificada que cualquier otra matriz del pasado y jamás vista en el pasado.

1. Transición energética: un proceso continuo de cambio

Los cambios en la matriz energética de los países son parte de un proceso tecnológico evolutivo y no son algo nuevo en la historia de la humanidad.

Dentro de este proceso hay grandes cambios que son disruptivos y son, consecuentemente, los que crean un enorme impacto que modifica radicalmente el desarrollo económico y social de un país y su calidad de vida.

Los grandes cambios que modifican dramáticamente la matriz energética han sido impulsados por tecnologías disruptivas nuevas que impulsan fuentes de energía que se vuelven líderes y dominantes, creando a su vez un nuevo paradigma energético y económico y social.

Entre los grandes modificaciones históricas, que han creado Eras Energéticas, se encuentran los cambios que crearon fuentes de energía que fueron dominantes durante largos períodos de tiempo, como fue el caso del cambio de la leña hacia el carbón en el siglo XIX y del carbón hacia el petróleo en el siglo XX.

Esto no quiere decir que la fuente de energía que fue desplazada de su dominancia se dejó de consumir. Su consumo relativo bajó y su participación en la matriz energética se vio disminuida y focalizada en sectores particulares.

El surgimiento de la leña, del carbón y del petróleo creó en su momento un sistema económico y social muy diferente al que existía antes. Por ejemplo, la revolución industrial surgió como consecuencia del advenimiento del carbón, la cual nunca hubiera sido posible con la leña. El sistema económico y social actual nunca hubiera sido posible sin el petróleo.

Es importante tener presente que el desplazamiento progresivo de las viejas fuentes de energía por las nuevas que van surgiendo no ocurre como consecuencia de un agotamiento de sus reservas, sino por los adelantos tecnológicos que permiten el uso de nuevas fuentes de energía y de nuevos usos que son mejores que las anteriores y a un costo más bajo.

Esto aplica también para el petróleo, la principal fuente de energía en este momento. Desde hace muchos años, el Sheikh Zaki Yamani, Ministro de Petróleo de Arabia Saudita, que sirvió a su país en este puesto por tres décadas y que fue un poderoso Presidente de la OPEP por años, señalaba que “la Edad de Piedra no terminó por falta de piedras, la Era del Petróleo terminará mucho antes de que el mundo se quede sin petróleo”. Otro Ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Al Naimi, señalaba también que “el pico de la demanda (de petróleo) llegará antes que el pico de la oferta”.

2. Eras energéticas que han surgido como consecuencia de adelantos tecnológicos disruptivos

Las eras energéticas, asociadas a tecnologías habilitantes muy diferentes, han inducido eras económicas distintas y han respondido a las crecientes necesidades humanas, sociales, ambientales, económicas y de seguridad energética y han mejorado la calidad de vida de manera significativa.

En la evolución energética sin fin, la madera (leña) dominó el panorama energético mundial hasta el Siglo XVIII, cuando llegó el carbón, el cual empezó a dominar en el Siglo XIX y hasta la primera mitad del Siglo XX. El petróleo inició su ascenso en la primera mitad del siglo XX y llegó a ser el combustible dominante antes del inicio la segunda mitad del siglo XX.

La transición energética en el mundo ha estado pasando por tres eras energéticas:


• Era de los Sólidos Energéticos. Durante milenios, la humanidad se abasteció de sus crecientes necesidades energéticas de manera dominante con fuentes de energía sólidas (leña, gramíneas, estiércol y carbón).

• Era de los Líquidos Energéticos. En el Siglo XX vimos el surgimiento de los líquidos energéticos, la cual desplazó de la dominancia la era anterior y ha estado dominada por el petróleo, con una muy pequeña participación de otros líquidos, como los biocombustibles y los aceites vegetales y animales.

• Era de los Gases Energéticos. En el Siglo XXI se está viendo el surgimiento de los gases energéticos, los cuales incluyen todos los gases que en el tiempo tienen capacidad para proveer energía, tales como el gas natural, el hidrógeno, la energía eólica, la energía solar (proveniente de la combustión del hidrógeno en el sol) y la fusión nuclear (que utiliza el hidrógeno como combustible, llamada también un ‘sol en una caja en la tierra’).

En este proceso de cambio continuo, las Eras Energéticas se entrelazan y conviven por largos años, donde las eras asociadas a tecnologías más viejas van perdiendo importancia progresivamente.

La matriz energética mundial actual muestra esta convivencia que está en proceso de cambio: Petróleo 31.2%, Carbón 27.2%, Gas Natural 24.7%, Nuclear 4.3%, Hidroelectricidad 6.9% y Otras Renovables 5.7%

3. La nueva era energética del Siglo XXI trae consigo nuevas características

En el pasado los grandes cambios disruptivos estuvieron más asociados a una fuente de energía particular, como la leña, el carbón y el petróleo. La transición que se está dando en el Siglo XXI tiene características diferentes.

Además de los factores que provocaron las transiciones energéticas disruptivas en el pasado (bajos costos, nuevas y mejores fuentes de energía, etc.), la transición energética del Siglo XXI incorpora una diversificación energética sin precedentes e incorpora un factor que está influyendo fuertemente: la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para luchar contra el cambio climático.

En el futuro se darán cambios energéticos disruptivos que provocarán cambios radicales económicos y sociales, al igual que se dieron en el pasado. Estos cambios, que duran décadas, están creando una dirección clara hacia el futuro y crearán una mayor diversidad en la oferta de energía que la que ha existido en el pasado.

En el sector energía, como en todos los otros sectores, la única constante es que las cosas cambian continuamente y nunca permanecen igual, por lo que debemos de tener claro que la composición o portafolio de fuentes de energía que conforman la matriz energética de los países no está escrita en piedra.

4. Costos bajos y competencia entre las fuentes de energía como elementos claves que impulsan la transición energética

Además de la lucha contra el cambio climático, los costos bajos de las nuevas fuentes de energía y la competencia entre ellas (por entrar al mercado y en el mercado) son dos elementos claves que están impulsando la transición energética del Siglo XXI.

En Costa Rica, los altos costos y la falta de competencia entre las fuentes de energía, junto con otros factores del modelo energético y de la política energética de escritorio que tenemos, no solamente han venido contribuyendo para que no se lleve a cabo ninguna transición, sino que más bien estamos yendo en sentido contrario.

En columnas anteriores, usando datos oficiales, he demostrado que más bien la matriz energética del país se está petrolizando y carbonizando cada vez más como consecuencia, por acción y por omisión, de la política energética de escritorio que el país tiene.

Parte de estos datos que muestran esta negativa evolución son los siguientes:

• En el 2015 las energías renovables representaron 38,7% del consumo energético nacional y en el 2019 representaron el 34,7%, para una reducción del -4%.

• En el 2015 los derivados de petróleo importados representaron 61,3% del consumo energético nacional y en el 2019 representaron el 64,3%, para un aumento del +3%.

Aquí las autoridades y muchos políticos no han entendido que para que las nuevas fuentes de energía surjan y empiecen a sustituir las energías del pasado, los costos de éstas deben ser más bajos y que la competencia entre las viejas y la nuevas hará que los consumidores se inclinen hacia las nuevas fuentes de costos más bajos.

Lo anterior conllevará también a un aumento de la competitividad energética y económica del país, lo que provocará a su vez un aumento significativo en el desarrollo económico y social y en muchos otros factores, como el empleo, el desarrollo de infraestructura moderna y la generación de recursos fiscales y de divisas que mucha falta le hacen al país.

Los datos oficiales sobre la realidad energética muestran que el país se está quedando con las fuentes de energía caras y tradicionales del pasado (tanto nacionales como importadas) y que se está frenando el desarrollo de las fuentes nuevas de energía que están emergiendo y liderando la transición energética y la reducción de los costos de la energía en el mundo.

Aquí los funcionarios estatales y los políticos de turno son los que deciden cuáles fuentes se impulsarán, cuáles se obstaculizarán y cuáles se bloquearan.

En muchos casos se busca también aumentar artificialmente aún más los costos de la energía para justificar proyectos no rentables. Un ejemplo de lo anterior es el siguiente.

Recientemente el gerente del proyecto del tren eléctrico que se pretende desarrollar propuso lo siguiente para poder “motivar” a la gente a usar el futuro tren:

• Aumentar los precios de los combustibles.

• Aumentar el costo del marchamo.

• Mantener y fortalecer las medidas de restricción de la circulación de vehículos.

• Cerrar o reducir parqueos en varias zonas urbanas.

Lo anterior a pesar de que:

• Los combustibles aquí ya son mucho más caros que en otros países.

• Los combustibles son utilizados por muchos sectores que se verían fuertemente impactados (agrícola, industrial, comercial, servicios, turismo, transporte por bus, etc.).

• El proyecto del tren está limitado en su alcance a una sola ruta en la gran área metropolitana que no cubre todas las necesidades de transporte de esta área y mucho menos de todo el país.

• La competitividad energética y económica del país se vería seriamente afectada con respecto a otros países, lo que disminuiría y obstaculizaría el desarrollo económico y social y, consecuentemente, la generación de muchas otras cosas, incluyendo el empleo, los recursos fiscales y las divisas.

Esta propuesta de subir artificialmente los costos de la energía provocaría adicionalmente que la población en general y todos los sectores afectados (agricultores, personas que viajan en bus, industriales, turismo, comercio, servicios, etc.) sean cada vez más pobres para que estén obligados a viajar en un tren con una cobertura territorial muy delimitada y que, además, sean únicamente los más ricos los que puedan andar en carro.

El desarrollo de trenes y de otros medios de transporte eléctricos en el país debiera de estar basado, entre otras cosas, en electricidad de bajo costo potenciada por las nuevas fuentes de energía barata que están emergiendo, y no en electricidad de alto costo generada por las fuentes tradicionales provenientes del pasado que son mucho más caras.

5. Conclusión

Entre los serios problemas energéticos de Costa Rica surgen los siguientes: altos costos de la energía, falta de transición energética y alta y creciente dependencia petrolera.

La transición que modificará progresivamente la matriz energética tiene que verse como un todo dentro del marco de una creciente diversificación que va a ir incorporando rápida y continuamente las nuevas fuentes de energía de bajo costo.

Hay que dejar de pensar que una sola fuente de energía va a ser suficiente y mucho menos si ésta es de alto costo.

Hay que tener claro que la lucha contra el cambio climático y los siguientes factores que se están observando, entre muchos otros, están interviniendo fuertemente en la realidad de la transición energética mundial del Siglo XXI:

• “La economía básica domina las políticas energéticas” (costos bajos, etc.), Foro Económico Mundial (“Energy as a Competitive Advantage”).

• “Estamos viendo una creciente competencia entre las diferentes fuentes de energía, impulsada por los abundantes suministros de energía y las continuas mejoras en la eficiencia energética”, BP (“Energy Outlook”).

• “La matriz energética prevista para el 2040 será la más diversificada jamás vista”, BP (“Energy Outlook”).


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